LA BRÚJULA

Sociedades polarizadas

Por Heberto J. Peterson Legrand
lunes, 25 de noviembre de 2019 · 00:00

Ya ha pasado casi un año y al estar insertos en sociedades, que si bien son independientes, a la vez están interrelacionadas en este mundo globalizado, ya no somos unas islas sino que estamos en un escaparate donde todo lo que suceda en nuestro hábitat es conocido en gran medida por los demás y tiene repercusiones hacia el exterior.

Las sociedades se están polarizando cada vez más y en gran medida no para bien de las personas que conforman estas sociedades.

Al reflexionar sobre las confrontaciones entre muchos hombres y mujeres, sobre asuntos relacionados con la política, nos hemos ido percatando de la condición humana, que exhibe a personas que discrepan con otras, pero reflejan tener un buen grado de educación, que saben respetar a su hermano o paisano y argumentan sobre los hechos y no caen en el insulto, en la grosería que daña y no construye.

Lamentablemente tenemos un ejecutivo que insulta a quienes no piensan como él y cae en las descalificaciones llamándoles: conservadores, fifís, rapaces, enemigos de México y con ello está denigrando su investidura. Podrá él disentir pero tiene la obligación de guardar las formas hacia esa parte de la sociedad. No hay que olvidar que el ejecutivo es el mandatario y el pueblo el mandante y ambas partes se deben mover y expresar dentro de un marco de respeto.

Esta polarización ha trascendido más allá y hemos visto y escuchado expresiones racistas, discriminatorias que pareciera estaban dormidas y afloraron con fuerza debido al ambiente que se ha propiciado, polarización que invita a la violencia.

Hoy como nunca los medios de comunicación también han sido en gran parte calificados en como enemigos de México, mentirosos, al servicio de intereses aviesos. Bastantes periodistas han sido maltratados y hasta matados en el cumplimiento de su deber que es el de hacer investigación periodística. Sabemos que dentro del gremio hay algunos mercenarios de la pluma que se incrustan para desvirtuar lo que es en sí la esencia del periodismo: informar con la verdad a la sociedad que es dueña de ese derecho, el derecho de conocer la verdad.

Tristemente hemos sido testigos de cómo el Estado de derecho sólo existe en la retórica y en las leyes pero no ha sido encarnado en los hechos para garantizar al ciudadano el respeto que se merece por el sólo hecho de ser el sujeto por quien se promulgaron las leyes empezando por la Constitución para que pueda vivir en paz en éste país soberano.

Todo ciudadano es inocente hasta que no se le pruebe lo contrario, pero en México

Lo sentenciamos mediáticamente pisoteando las leyes.

En las redes sociales hay aportaciones valiosas, pero desgraciadamente también vemos las expresiones y “pensamientos” de muchos barbajanes, faltos del más mínimo sentido ético, moral. Estos no construyen más bien destruyen, no aportan, son sus vísceras las que afloran y no su inteligencia y buena intención.

No es cierto que los mandatarios necesariamente hacen lo que el mandante (pueblo) quiere.

Para mí la llamada “Doctrina Estrada” es caduca, obsoleta. Venezuela no es un pueblo que se esté auto-determinando. Lo que sostiene a Maduro es el ejército, no hay Estado de Derecho y el Pueblo ha sido atropellado en sus derechos y los demás países vemos desde la barrera como hay crímenes de lesa humanidad y quedamos como espectadores pasivos, queda al descubierto una vez más la inoperancia de las Naciones Unidas y la OEA.

Afortunadamente tenemos un ejército institucional que sabe que el pueblo es el Mandante: el que manda al mandatario (al presidente), pero que ha sido vejado y pisoteado en su dignidad.

¡Pobre mi México! Esperemos un nuevo amanecer digno de las familias Mexicanas, no perdamos la esperanza. Si yo no la veo espero que mis hijos y nietos lo puedan gozar a plenitud.
 

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