LA BUFADORA

BUFADORA

Por El Mosquito
martes, 26 de noviembre de 2019 · 00:00

¿Algún funcionario público o empresario de Baja California o el país tendrá el dato de cuántas pistas de aterrizaje y aeropuertos operan sólo en el vecino Estado de California, Estados Unidos?

La respuesta es la siguiente: En el caso de terminales aéreas formales (catalogados como aeropuertos primarios por su gran cantidad de operaciones), en California existen 27, más otras 264 pistas de aterrizaje para servicios comerciales no primarios, terciarios, de aviación general, públicos, militares y privados. Sí, leyó usted bien, 27 aeropuertos y 264 pistas adicionales.

¿Y cuántas terminales aéreas hay en Baja California? En nuestro Estado operan dos aeropuertos internacionales, el de Tijuana y Mexicali, y cinco pistas de aterrizaje: una se encuentra en la Base Aérea Militar número 3 de El Ciprés, dos precarias pistas en el Valle de San Quintín, otra en San Felipe, otra en Bahía de los Ángeles y una más en Isla de Cedros.

De ese tamaño es la diferencia de infraestructura aeroportuaria entre Baja California y California. Por eso nuestros vecinos del norte por sí solos podrían ser la octava potencia del mundo; y del comparativo sobre número de terminales marítimas y red carretera y ferroviaria mejor ni hablamos.

Aquí en Ensenada llevamos tres décadas de discusión acerca del sitio donde se pretende construir un aeropuerto civil, porque ni proyecto ejecutivo existe, pero lo más grave es que después de tanto tiempo no acabamos de entender que para progresar se requiere de infraestructura productiva, y que sin esta no es posible el crecimiento económico ni el desarrollo social.

Otro problema es que prevalece la visión de corto plazo en los planes de desarrollo, y cada tres y seis años llega un grupo político a reinventar cosas, sin contemplar las vialidades, hospitales, espacios públicos y parques industriales que se van a necesitar en los próximos 100 años.

Preocupa también que las autoridades de California ya decidieron eliminar el uso de combustibles fósiles a mediano plazo, para apostar por las energías limpias, y si nosotros no hacemos lo mismo entonces nunca dejaremos de ser su patio trasero, siendo los contaminantes autos chocolate el ejemplo más claro.

Reconocimiento
Merecido reconocimiento al esfuerzo y la perseverancia fue el que recibió la semana pasada el maestro Sergio Guevara Escamilla, quien con sencillez pero con gran visión ha sabido capotear las crisis de Ensenada para convertirse en un empresario ejemplar de esta localidad, enfocado en la conchicultura.

Y es que luego de que el año pasado obtuvo el segundo lugar en Acuacultura Rural, con el cultivo de ostión en la parte norte de la laguna Intermareal de Guerrero Negro, este año consiguió el primer lugar en la categoría de Acuacultura Comercial, por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).

El proyecto premiado este 2019, consiste en el desarrollo tecnológico, construcción y equipamiento de la embarcación “kiliwa”, especializada para el cultivo de mejillón mediterráneo en condiciones de mar abierto, siendo postulado nada menos que por la Delegación Baja California de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola (Canainpesca), a través de su presidente, Alfonso Rosiñol de Vecchi.

Encerrona empresarial
Ayer en la encerrona semanal “mañanera” del Consejo Coordinador Empresarial de Ensenada, que preside Carlos Ibarra Aguiar, se contó con la presencia de Joaquín Bolio, delegado de la Subsecretaría General de Gobierno en Ensenada y Héctor Contreras, jefe de Oficina de la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Turismo (SEST) en el municipio, quienes despacito pero tupido recibieron las inquietudes de los hombres de negocios, centrando sus planteamientos en materia de seguridad, suministro de agua, vías de comunicación alternas y eficientes, apoyo a la inversión y otras cosillas que tienen que ver con el anhelado impulso de la “Bella Cenicienta”, ahora más cenicienta que bella, por el abandono con que ha venido siendo tratada por las autoridades estatales y municipales que se han ido.

Lo que sí quedó claro, es que el tono en el que fueron planteados cada uno de los temas fue respetuoso y en “buena onda”, a pesar de que no se trata de cosas fáciles de tratar, especialmente en lo que se refiere a la inseguridad, con la que los empresarios ya no ven lo duro, sino lo tupido, en los cuatro puntos cardinales de la ciudad.

Sinceramente deseamos que los buenos oficios de las nuevas autoridades comiencen a tener resultados pronto, porque como se dijo en la misma sesión del CCEE, Ensenada no merece seguir siendo castigada.
 

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