BAÚL DE MANÍAS

La antepenúltima... y vamos

Por Ma. Cristina Álvarez-Astorga
martes, 26 de noviembre de 2019 · 00:00

La Sinfonía No. 39, en mi bemol mayor, K. 543 es la primera de un conjunto de tres que Mozart compuso en rápida sucesión durante el verano de 1788. La terminó el 26 de junio. (La 40 la completó el 25 de julio y la 41 el 10 agosto). No es de extrañar que el gran director de Orquesta Nikolaus Harnoncourt tuviera entonces la idea de que Mozart compuso las tres sinfonías como una obra unificada. Don Nico señalaba que, entre otras cosas, la Sinfonía 39 tiene una extensa introducción, pero carece de coda. ¿Será? Cheque usted, si le late:

https://www.youtube.com/watch?v=H0x_dCrKd4w

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Alfred Einstein, uno de los más importantes biógrafos de Mozart, asegura que Wolfie tomó como modelo la Sinfonía núm. 26 de su admirado amigo Michael Haydn, que está en la misma clave. Tampoco eso sería extraño. Algunos sostienen que, más adelante, Wolfie usó el Réquiem del mismo autor como modelo para el suyo. ¿Será? En este link encuentra usted la 26 de Michael Haydn:

https://www.youtube.com/watch?v=ah0hlTvDt8U

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Sobre la base de las pruebas disponibles actualmente, parece imposible determinar la fecha del estreno de la Sinfonía 39. Es más: de hecho, no se puede determinar si fue interpretada alguna vez en la vida del compositor. Según se sabe, alrededor de la época en que Mozart escribió la obra, se estaba preparando para celebrar una serie de “Conciertos en el Casino”, en un nuevo Club propiedad de Philipp Otto. Dicen que incluso envió un par de entradas para esta serie a su amigo Michael von Puchberg. Pero (hasta el momento) no ha sido posible determinar si la serie de conciertos se celebró... o fue cancelada por falta de interés. Por otra parte, en este período (y hasta el final de su vida) Mozart participó en otros conciertos cuyos programas incluían una “sinfonía no identificada”. Como puede que haya sido la 39, puede que haya sido otra.

No obstante, hoy disponemos de lo que es probablemente sea el primer relato conocido de testigos oculares de la interpretación de la Sinfonía 39. Ello ocurrió en un concierto “In memoriam” de Mozart que tuvo lugar en Hamburgo, en marzo de 1792. En ese concierto la interpretación verificada de esta sinfonía fue señalada por un testigo llamado Iwan Anderwitsch. Describe el inicio de la obra de la siguiente manera: La apertura es tan majestuosa que sorprendió tanto incluso al oyente más frío, más insensible y más inexperto.

Como quien dice que, hasta los que querían echar la platicada se quedaron mudos de la impresión. O sea, se “volvieron todo oídos”.

Luego agrega que (palabras más, palabras menos) “la música se vuelve [tan] ardiente, llena, inefablemente grande y rica en ideas, con una variedad tan sorprendente, que es casi imposible de seguir con el oído y más de uno tuvo la sensación de quedarse paralizado. Esta parálisis real se hizo visible en varios conocedores y amigos de la música. Algunos admitieron que nunca habrían sido capaces de pensar o imaginar que escucharían algo tan espléndido como esto, por lo menos en Hamburgo”.

Ah, bueno, pues el Viernes 6 de diciembre la Orquesta de Baja California va a interpretar la sinfonía No. 39, en mi bemol mayor, K. 543, de Mozart, como parte del Concierto de celebración de los primeros 35 años del Coro Pro Música Ensenada. Ya sabe. La cita es en el Teatro Benito Juárez, a las 20 horas.

Y abuuuuur.
 

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