El ingenio de Don Juan

“Son muchas las oportunidades que llegan a nuestra vida cuando aprendemos a regalar sonrisas, es importante reír para llenar el alma de alegría, aprendamos a saludar a través de la sonrisa; nuestra sonrisa siempre expresará algo”.

A principios del siglo pasado, el escritor Henry Bergson escribió un interesante ensayo sobre el significado de la comicidad denominado “La risa”; en el que se pregunta por qué la gente ríe y qué simboliza su risa. ¿qué hay en el lenguaje que hace que un chiste sea cómico?, ¿por qué lo cómico nos hace reír?

Según Bergson, el humor es la magia que nos permite mantener nuestra humanidad en tiempos de transformación y de crisis. La comicidad es un bálsamo que alivia y nos mantiene a salvo de la rutina y de los excesos cotidianos.

El buen humor impacta de manera sorprendente en la vida de los seres humanos. Todos estamos expuestos a esta fabulosa experiencia. ¿Quién no ha reído tras un buen chiste, una anécdota, o una situación divertida? Esa es la razón por lo que la risa tiene un significado relevante socialmente. Cada sonrisa es la repuesta de una realidad social de fondo.

Amable lector: en estos tiempos una de las cosas más difíciles es reír, pero lograr que un público ría a carcajadas lo es mucho más, es prácticamente todo un arte que no sería posible sin el ingenio de un buen autor.

Cuando el maestro Luis Pavía murió, se llevó a la tumba todos los diálogos del año siguiente. Por obvias razones la temporada de ese Tenorio se canceló. Mientras tanto, tras bambalinas la pregunta obligada era: ¿Quién escribiría el próximo libreto? En realidad, como apenas me integraba al elenco, para nada dimensioné la importancia que eso tenía. Sin duda sería una gran responsabilidad para quien la tomara, porque el Tenorio de los Periodistas se había convertido en toda una tradición.

Los meses transcurrieron y al acercarse la fecha de la puesta en escena, el libreto estaba listo, Daniel lo había hecho ¡sí!, Daniel Vargas, el mismísimo Don Juan se había atrevido.

La sorpresa fue muy grata, no sabíamos de donde salía tanta ocurrencia, bueno, sí lo sabíamos, porque situaciones y personajes en quien inspirarse sobraban, lo extraordinario fue darnos cuenta que entre nosotros había alguien capaz de hacer lo que sólo el podía.

Daniel se había echado a cuestas un gran reto, porque mire usted amable lector, escribir una sátira política de seis o siete actos, en verso, repletos de diversión, chispa, simpatía, con su respectiva pizca de albur y además musicalizados, créame que para nada es cosa fácil, no cualquiera puede hacerlo.

El talento de Daniel Vargas es genial, nació para hacer reír, posee un gran don; es un tipo inteligente, disciplinado, cómico, divertido; su sentido del humor va más allá de lo establecido y lo más importante es que está aquí entre nosotros, preparándose año con año; sorprendiéndonos, imaginando y creando escenas para alegrar el alma.

Gracias Daniel por permitirnos formar parte de tu talento.

*La autora es profesora

lucygarayzar@hotmail.com