DESDE LA PLAZA SANTO TOMÁS

Lo que sucedió mañana – año 2026 – mes de octubre - 45

Por: Ricardo Harte*
lunes, 4 de noviembre de 2019 · 00:00

Hoy fue un día muy especial en la Plaza Santo Tomás.

Como parte de un ciclo de conferencias sobre la “Realidades del mundo actual”, expuso un conferencista destacado (literato, analista, astrólogo), José Antonio Lugo, quien señaló aspectos neurálgicos sobre la situación planetaria.

Don Sebas seleccionó, para su tertulia cotidiana, algunos pasajes destacables de esta conferencia magistral. Los tertulianos estaban hipnotizados por los argumentos de Lugo y por la selección que había hecho Don Sebas.

Fíjense la columna vertebral de estas palabras. Creo útil que las dialoguemos- propuso Don Sebas-

“Márai y Zweig se suicidaron; Hermann Broch cantó la caída de su mundo en La muerte de Virgilio, Musil anunció la tragedia en El hombre sin atributos; Freud tuvo que huir de Austria a Londres. Todos fueron protagonistas de una de las etapas de mayor esplendor de la cultura europea y todos vieron como se desintegró ese mundo frente a Hitler.

Lo que más le sorprende a Zweig es la incredulidad de los austriacos y luego de los ingleses. No creían que Hitler llegara tan lejos. `Europa me parecía condenada a muerte por su propia locura, Europa, nuestra santa patria, cuna y Partenón de nuestra civilización occidental´.

Hoy, podemos decir que el mundo entero está condenándose a muerte por su propia locura. No sólo es el cambio climático, tenemos “neo nazis” y diversos chiflados en el poder, de distintas ideologías. Parece que vamos en un tronco hacia la cascada, con un pequeño remo de kajak para echar reversa”.

Como pueden observar, hay ciertos énfasis en la argumentación de esta exposición. ¿Cómo lo ven, mis queridos conversadores?

Pues creo que hay mucha tela de donde cortar- intervino Mercedes- Lo que más me impresiona es la síntesis de la desaparición de grandes mentes, dando paso al pensamiento fundamentalista, fanático. Faltó mencionar que “La muerte de Virgilio” dio paso a “Mi lucha” ¿no? Lo terrible de esto es que del 2019 a la fecha, este escenario ha empeorado en sus extremismos, en su carencia total de solidaridad, de aceptar las diferencias. Porque ya no es solo una lucha por el poder económico, sino ya es una lucha por el poder ideológico.

Si tu no piensas como yo, si no crees en los mismos principios, eres mi enemigo. Eso es lo que se ha consolidado a lo largo de estos siete años: la intolerancia, la sordera, la prepotencia.

Lo que pasa Mercedes, es que en el 2019 había un verdadero caos. Los principios más elementales de ética, de conducta, de comportamiento, habían sido destruidos – saltó Doña Elsa- Acuérdate que se permitía las bodas oficiales entre seres del mismo sexo. Que la homosexualidad ya no era una enfermedad, como bien lo dijo un Papa, sino que era totalmente aceptada como una normalidad. En los colegios las relaciones entere los jóvenes era totalmente libre y libertina. Ya no existía respeto por los mayores. Se había perdido todo el sentido de lo que estaba bien y de lo que estaba mal.

Ay mi querida Sra. Elsa!! – suspiró Mercedes- Me temo que tú ya no tienes compostura. Aceptando, sin conceder, de que si, había un caos ideológico. Supongamos que ello fuera cierto. Para mi ello era un signo de vida. En aquel entonces surgió un movimiento social espontáneo en Chile, demandando justicia, igualdad de oportunidades, etc. ¿Fue un caos? No sé. Para mí fue un síntoma clarísimo de que la sociedad chilena estaba viva. Por lo tanto, lo que deberíamos analizar que era lo que producía ese supuesto caos. Existía, y existe, el endiosamiento del poder económico. La concentración de poderes financieros planetarios, que sólo tenían, y tienen, como objetivo mantener y acrecentar sus poderes. Ahora cimentado por principios ideológicos perversos, destructivos. Exactamente lo que hizo Hitler. Convencer que la muerte de una parte de la humanidad era necesaria, para que la otra parte pudiera vivir cómodamente sus privilegios.

Como pueden observar- intervino Don Sebas, sonriendo con ojos chispanteantes- el tema da para mucho. Propongo que brindemos con un buen vino.

¿Y cuál es el brindis?- preguntó Agustín, levantando su copa.

Pues demos gracias a la Vida de que existe esta ágora llamada Plaza Santo Tomás, que nos permite dialogar y escucharnos.

Estaba linda esa tarde. La brisa tenue parecía haberse acomodado en la Plaza, ronroneando un… “de aquí soy”.

*Arquitecto nacido en Uruguay y radicado en la CDMX

ricardoharte@yahoo.com.mx
 

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