El goce del vino

La semana pasada les comentaba que al estar escribiendo esta columna ya “se me quemaban las habas” por irme a un evento de vinos en la Ciudad de México. Nación de Vinos en su 3ª edición. Para quienes habíamos asistido a ediciones anteriores y conocemos la problemática que tuvieron que solventar los organizadores después del retiro del apoyo gubernamental con la desaparición de ProMéxico por decisión del nuevo gobierno, sabíamos que iba a ser muy difícil superar lo que habíamos vivido el año anterior.

Haciendo a un lado la “estética” del evento (que a muchos no nos gustó) y el no haber ofrecido el mismo apoyo a los productores en cuestión de traslados y hospedaje, la buena organización del evento logró una vez más satisfacer las expectativas para quienes apreciamos el objetivo principal. Reunir y acercar a la mayoría de los productores de vino mexicano de diferentes regiones vitivinícolas con el consumidor final. Una tarea que no es nada fácil.

Poder degustar y escuchar en voz de los propios creadores, las historias y características de las etiquetas que nos ofrecían, conocer sus proyectos futuros como los que nos platicó y dejó en ascuas Alonso Granados, enólogo de Decantos Vinícola, que con lo que me platicó me quedé con la boca abierta de lo que hará y muero de emoción de probar sus nuevas propuestas.

El saludar a los amigos de la industria, realmente con gusto de ese que se siente cuando todos tus amigos se reúnen en un solo lugar y no quieres perder tiempo para saludarlos a todos y toda la ola de novedades y también el hacer nuevos amigos de todos los proyectos que han ido arrancando, hicieron que los que realmente gozamos y apreciamos el vino de nuestro país lo podamos considerar como un nuevo éxito. Sin embargo, vuelvo a lo mismo de hace un año, y sigo sin entender cómo es la logística de las invitaciones. No es que me considere como indispensable ni mucho menos en esta industria pero no conseguí que me invitaran al evento como consumidora final, pero sí como “comunicadora” del vino de México y al final, estuve atendiendo un stand. Van a decir que soy como el mil usos del vino mexicano y sí, por que me encanta estar en todos lados y como dicen por ahí, conocer todos los aspectos, posiciones y experiencias.

El estar detrás de un stand de vino mexicano, es una tarea hermosa. No me dejarán mentir los que lo han hecho, y es que te das cuenta que literalmente en tus manos está el acercar al vino a las personas, el recibirlas, platicarles de la bodega, de la región, contestar sus dudas, tratar de ampliar el panorama y todo esto en lo que ellos están degustando lo que se hace y nace de nuestra tierra, por eso cada vez que hay oportunidad levanto la mano para realizar este lindo trabajo.

Una muy grata experiencia fue la experiencia que Volvo tuvo dentro del evento. Nada más y nada menos que la oportunidad de crear tu propio vino y además encorcharlo y etiquetarlo por nosotros mismos. Y resulta que así lo hacen en una vinícola de Coahuila, donde sólo vinifican y crean vinos con mezclas a gusto del consumidor! Me enamoré.

Me encantan las nuevas propuestas de vino que tenemos en México, somos tan creativos como se nos permita soñar y así siempre nos encontraremos vinos de toda clase y para toda ocasión. Ya sólo nos falta desaparecer a los que se montan en su pose de divas y divos para tener una industria del vino integral y en crecimiento continuo.

Me despido esta semana con la famosa frase (ya registrada) de René Rentería a quien tuve el gusto de saludar en este evento, “El vino es goce no pose”. Salud!!

aracelivelazquez@proyectovino.com.mx

www.proyectovino.com.mx

Twitter: @proyectovino