BAJO PALABRA

Otros tiempos

Por Hadassa Ceniceros
viernes, 8 de noviembre de 2019 · 00:00

Ante la presencia de la crítica y la opinión variopinta que circula en las redes y los medios, surgen preguntas oportunas sobre varios temas.

Leo especialistas en política, economía, seguridad, salud, etcétera, con un despliegue de opiniones, sesudas algunas, otras muy ligeras.

Una de las críticas persistentes es la referente a la libertad de expresión. Curiosamente algunos de estos especialistas guardaron sus opiniones en sexenios anteriores, mucho podrían haber aportado si su sabiduría la hubiesen volcado ante actos que merecían su opinión.

De todos lados, izquierda, centro y derecha se han convertido en conocedores de un “deber ser” kantiano que solamente pareciera saber el deber de otros. Los análisis teóricos de profunda raíz se desempolvan y de documentos ajados y amarillentos o de textos aparentemente olvidados, salen referencias cultas y educadas sobre todos los temas de la vida pública. Algunos tienen muchos años de espectadores de una realidad en la que dejaron de participar ya fuera por edad, ocupación o mero cansancio, otros, no habían visto la necesidad de atacar un sistema que no restaba privilegios o prebendas en su caso.

Como sea, quienes ven en la realidad mexicana, principalmente en el gobierno actual la ocasión cómoda para ejercer con aires intelectuales todo tipo de juicios, parecieran haber recuperado apenas, sus cualidades analíticas, dormidas o relajadas en sexenios anteriores, esto podría ser considerado como logro del momento histórico que vivimos.

Las plumas y las teclas se mueven buscando señalar todo aquello que no mereció el mismo rigor ni el mismo juicio frente a situaciones de riesgo, de exceso, de abuso y de indiferencia.

De memoria surgirían temas que no han merecido una gota de tinta de tantos ilustres intelectuales y especialistas que ahora parecen haber encontrado sentido a su vocación.

Los que dejaron pasar el momento de su fortaleza física e intelectual al igual que quienes han perdido la posibilidad de usufructuar el poder, parecen estar de acuerdo en señalar fallos y tropiezos en los pies de quien camina por senderos escarpados debido al olvido o la indolencia o llanamente a la corrupción que emerge en todos los ámbitos de la administración pública.

Resulta interesante y aparentemente inadvertido que las condiciones actuales permiten externar la opinión por muy incómoda que ésta sea para otros. Se habla de frente, se critica y hasta se alza la voz a quien antes solamente adulaban, aplaudían o simulaban no advertir los excesos y la ilegalidad.

Las motivaciones varían, pero en el resultado se encuentran. Sería oportuno poner en práctica algunas cualidades de carácter, templanza y estudio para aportar al analizar instrumentos para comprender aparte de los “ismos”.
 

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