LA VERDAD SEA DICHA
¿Cuál despojo a Ensenada?
Por Guillermo Hurtado Aviña
Mucho se ha repetido la mentira de que se está cometiendo un despojo de 168 kilómetros en contra de Ensenada, que no son pocos los que consideran que es verdad, inclusive los presidentes municipales, desde Pablo Alejo hasta Armando Ayala.
Conviene entonces tratar de analizar si en verdad se ha despojado, o se está despojando a nuestro municipio, para lo cual es necesario dejar establecido qué es un despojo.
El artículo 226 del Código Penal de Baja California, establece en su fracción I, que comete el delito de despojo, “El que de propia autoridad y haciendo uso de violencia o furtivamente ocupe un inmueble ajeno o haga uso de él, o de un derecho real que no le pertenezca”.
Los elementos de un despojo son: Que el activo obre de propia autoridad para ocupar un inmueble ajeno; hacer uso de un derecho real que pertenezca a otro; que el activo actúe sin derecho.
Pues bien, en el caso del mal llamado despojo en perjuicio de Ensenada, habrá que preguntarse quién es el que está despojando a nuestro municipio, ¿es Playas de Rosarito?, ¿el Congreso del Estado? Porque se habla insistentemente de un despojo, pero esos que difunden tal agravio no se han atrevido a decir quién lo está cometiendo.
Lo cierto es que nunca se ha cometido en perjuicio de Ensenada un acto ilegal, que le quite o que pretenda quitarle un metro, menos 168 kilómetros de su terreno, vamos, ni siquiera un acto legal.
Veamos, ¿Playas de Rosarito ha actuado de propia autoridad para ocupar un terreno ajeno?, NO, la superficie que ha ocupado desde su creación le ha sido entregado por autoridad competente.
¿Ha hecho uso de un derecho que le pertenece a Ensenada?, NO, desde diciembre de 1953 la superficie de Tijuana ha colindado al sur, con la desembocadura del ¿río?, arroyo La Misión, hoy con Playas de Rosarito.
¿Tijuana, hoy Playas, ha ocupado la superficie en cuestión, sin derecho?, NO, chueco o derecho, las legislaturas anteriores se la han otorgado.
Con lo hasta aquí dicho queda precisado que no se puede hablar de despojo, porque al hacerlo solo se evidencia ignorancia y la verdad es que ya son muchas las veces que se han dado muestras de que quienes dicen defender a Ensenada, solo han dado palos de ciego.
Por lo que más quieran, quítense la idea de que los límites de nuestro municipio se encuentran hacia el norte en 32 grados, 10 minutos, porque con ello sólo exhiben a nuestro querido terruño como un municipio lleno de descerebrados.
Todo lo anterior solo tiene el propósito de que las autoridades agarren la onda, y dejen de estar atenidas solamente a una opinión, con la cual lo único que se ha logrado es ir de fracaso en fracaso, gastando millones que no sólo no se tienen, sino que ni siquiera sabe la autoridad a quién se los pagaron.
Ensenada tiene muy buenos abogados que deben ser convocados para que emitan su opinión, y así se pueda resolver si es procedente recurrir el Estatuto Territorial y, en su caso, cómo, o bien, reconocer que es válido su contenido, para no seguir dando la impresión de que únicamente estamos haciendo un pleito ratero.
Se debe pensar con la cabeza, no con el corazón.
Conviene entonces tratar de analizar si en verdad se ha despojado, o se está despojando a nuestro municipio, para lo cual es necesario dejar establecido qué es un despojo.
El artículo 226 del Código Penal de Baja California, establece en su fracción I, que comete el delito de despojo, “El que de propia autoridad y haciendo uso de violencia o furtivamente ocupe un inmueble ajeno o haga uso de él, o de un derecho real que no le pertenezca”.
Los elementos de un despojo son: Que el activo obre de propia autoridad para ocupar un inmueble ajeno; hacer uso de un derecho real que pertenezca a otro; que el activo actúe sin derecho.
Pues bien, en el caso del mal llamado despojo en perjuicio de Ensenada, habrá que preguntarse quién es el que está despojando a nuestro municipio, ¿es Playas de Rosarito?, ¿el Congreso del Estado? Porque se habla insistentemente de un despojo, pero esos que difunden tal agravio no se han atrevido a decir quién lo está cometiendo.
Lo cierto es que nunca se ha cometido en perjuicio de Ensenada un acto ilegal, que le quite o que pretenda quitarle un metro, menos 168 kilómetros de su terreno, vamos, ni siquiera un acto legal.
Veamos, ¿Playas de Rosarito ha actuado de propia autoridad para ocupar un terreno ajeno?, NO, la superficie que ha ocupado desde su creación le ha sido entregado por autoridad competente.
¿Ha hecho uso de un derecho que le pertenece a Ensenada?, NO, desde diciembre de 1953 la superficie de Tijuana ha colindado al sur, con la desembocadura del ¿río?, arroyo La Misión, hoy con Playas de Rosarito.
¿Tijuana, hoy Playas, ha ocupado la superficie en cuestión, sin derecho?, NO, chueco o derecho, las legislaturas anteriores se la han otorgado.
Con lo hasta aquí dicho queda precisado que no se puede hablar de despojo, porque al hacerlo solo se evidencia ignorancia y la verdad es que ya son muchas las veces que se han dado muestras de que quienes dicen defender a Ensenada, solo han dado palos de ciego.
Por lo que más quieran, quítense la idea de que los límites de nuestro municipio se encuentran hacia el norte en 32 grados, 10 minutos, porque con ello sólo exhiben a nuestro querido terruño como un municipio lleno de descerebrados.
Todo lo anterior solo tiene el propósito de que las autoridades agarren la onda, y dejen de estar atenidas solamente a una opinión, con la cual lo único que se ha logrado es ir de fracaso en fracaso, gastando millones que no sólo no se tienen, sino que ni siquiera sabe la autoridad a quién se los pagaron.
Ensenada tiene muy buenos abogados que deben ser convocados para que emitan su opinión, y así se pueda resolver si es procedente recurrir el Estatuto Territorial y, en su caso, cómo, o bien, reconocer que es válido su contenido, para no seguir dando la impresión de que únicamente estamos haciendo un pleito ratero.
Se debe pensar con la cabeza, no con el corazón.
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