ANDANZAS ANTROPOLÓGICAS

La identificación y registro de sitios arqueológicos

Por Arqlga. Gengis J. Ovilla Rayo*
jueves, 12 de diciembre de 2019 · 00:00

¿Qué tan complicado es ubicar un asentamiento prehispánico? ¿Cómo saben que aquí hay un sitio arqueológico? ¿Cómo determinan que éstas conchas realmente fueron traídas y consumidas por el hombre? ¿En realidad este fragmento de piedra es un artefacto? Éstas y otras preguntas suelen surgir de alguien no familiarizado con la arqueología cuando uno señala en campo el lugar donde se ha delimitado y registrado un sitio arqueológico, cosa que no siempre es fácil debido a la naturaleza de los restos materiales característicos de las sociedades nómadas y seminómadas que poblaron el territorio bajacaliforniano.

Identificar los campamentos habitacionales, talleres de producción de herramientas de piedra, sitios de resguardo y habitación -como cuevas y abrigos rocosos- puede tener complicaciones al ojo no entrenado en la arqueología regional.

Para identificar y delimitar sitios arqueológicos, que son definidos técnica y legalmente como Monumentos Arqueológicos Inmuebles, los arqueólogos nos apoyamos en diferentes métodos y técnicas que podemos ejecutar desde la comodidad de nuestro escritorio en nuestros centros de trabajo, en principio es indispensable consultar la base de datos denominada SIG (Sistema de Información Geográfica) en donde podremos ubicar la existencia de sitios arqueológicos registrados previamente en el área a investigar, también se consultan las cartas topográficas del INEGI para identificar las elementos orográficos e hidrográficos más sobresalientes para definir áreas potenciales de asentamientos prehispánicos, el uso de fotografías satelitales y/o aéreas son importantes para observar determinadas características en el suelo como pueden ser un cambio de color o diferencias en la cubierta vegetal, muchas veces asociadas a escurrimientos de agua dulce o áreas de aprovechamiento de determinados recursos.

No obstante la utilidad de las técnicas mencionadas, la prospección arqueológica, es decir la caminata en el área de estudio, es la mejor técnica para identificar, delimitar y registrar un sitio arqueológico, estos pasos son los previos a la excavación arqueológica, y sirven también para la protección y salvaguarda del patrimonio cultural inmueble.

En campo la labor es recorrer a pie la zona a investigar, observando siempre la superficie del terreno y su paisaje, al localizar algunos restos materiales que –por ejemplo en la costa- pueden ser conchas quebradas, sumado a fragmentos de piedra que muestren una modificación intencional hecha por el hombre, incluso pedazos de antiguas vasijas de cerámica. Al identificar el sitio se procede a su registro utilizando un aparato portátil que cuenta con un Sistema de Posicionamiento Global (GPS) con el que se toman las coordenadas de su perímetro, además de realizar notas de las principales características y fotografías de los elementos tanto culturales como naturales.

El registro culmina al enviar a la Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos (DRPMyZH) del INAH la cédula de su registro en donde se da de alta el bien arqueológico inmueble.

En estas labores de identificación y registro de sitios arqueológicos es fundamental la participación de la ciudadanía, si usted atento lector sabe de un sitio arqueológico en algún lugar del estado acérquese al INAH para su registro, recuerde que no se puede proteger lo que no se conoce.

*Investigadora del CinahBC
 

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