Mexicali fue mi cuna.

Cada vez que desciende uno por la Rumorosa vía carretera y emprende casi en línea recta el camino que lo llevará a pasar por un lado del “altivo y viejo guardián”, en lo personal, es difícil no evocar las grandes glorias deportivas que ha dado nuestra capital cachanilla.

Es de todos sabida mi afición por los deportes que disfruto viéndolos detrás de home, empiezo a recordar tanto beisbolistas como softbolistas de esta tierra que da calor al que tiene frio; pero en esta semana que viajé por aquellos lares, se empezó a tejer el contenido de esta columna.

Y esta vez aquellas disciplinas se van a la banca, porque si de algo recuerdo bien en mis años mozos, es que Mexicali fue también una tierra prodigiosa de grandes boxeadores. Sin demeritar las efímeras carreras de un “Cholo” Montejano, el cual llegó a pelear contra Felipe Urquiza y en dos ocasiones contra “Carita” Sandoval (perdiendo todas por cierto).

O de un “Kerns” Ibarra que llegó a medirse ante Primo Ramos, el mismo que derrotó a Frankie Randall (verdugo de JC Chávez) y a Meldrick Taylor. Mexicali tuvo excelentes exponentes del cuadrilátero que llegaron a ser campeones Nacionales y Mundiales.

Los lugares para los aficionados del pugilismo eran variados, la arena Coliseo de Pueblo Nuevo, “El Coloso Plateado” como era conocido el Gimnasio de Mexicali; también estaba la Arena Juárez, hoy Parque Municipal de Softbol, donde está el “Zurdo” Flores.

Pero la catedral del boxeo cachanilla fue la Plaza de Toros Calafia, que llegó a hospedar ocho peleas de título mundial en sus predios; y fue la noche del 31 de Octubre de 1987 que el coso de la Calzada Independencia registró el mayor lleno de su historia, cuando precisamente dos mexicalenses protagonizaron “La Pelea del Odio”, entre Javier “Changuita” Márquez, quien llegó a ser tres veces Campeón Nacional, contra Juan “Kid” Meza, quien había sido ya Campeón Mundial, cetro que le arrebatara Lupe Pintor.

Fueron 14 mil almas las que vieron a estos dos superplumas, sin estar en juego ningún título, ambos completaban con esta pelea, una trilogía donde también estuvo involucrado otro gran púgil mexicalense, Leonardo “Pichón” Valdez.

Meza había noqueado a Valdez, mientras que “Pichón” había hecho lo mismo con Márquez y en esa noche “la Changuita” vencía por la misma vía a Meza, retirándolo del boxeo. Hablando de Valdez, quién no recuerda la épica batalla que sostuvo ahí mismo contra un valiente Marcos Villasana.

Cabe mencionar que “Kid” Meza fue el primer púgil de la historia que en pelea de Campeonato Mundial, siendo el retador, noqueó a su rival en el primer round después que el campeón lo había mandado a la lona anteriormente, todo esto ante Jaime Garza.

Siguiendo con las leyendas cachanillas, cómo olvidar las peripecias en un cuadrilátero de Jorge “El Maromero” Páez, con su peculiar estilo, estrafalarias vestimentas y agresivos cortes de pelo, el payaso de circo nos hizo vibrar y alegrarnos con su desenfadada forma de afrontar los combates.

Nos hizo soñar cuando enfrento a Óscar de la Hoya aunque la polvareda se disipó muy rápido, apenas en el segundo round Páez ya estaba viendo pajaritos sobre su cabeza, producto de un nocaut. Pero el arrojo y el carisma del “Maromas” quedaran para siempre en la memoria de propios y extraños que lo aclamaron.

La pelea de Páez contra Calvin Groove en 1988, fue la última que se hizo a 15 rounds en la historia del boxeo. Y qué decir del “Gran Chaparral” Gilberto Román, que fue hasta el mismísimo Oriente para derrotar a Jiro Watanabe y traerse el cinturón Mundial SuperMosca, siendo el primer mexicano en conseguir un título en ese peso.

Aquel accidente trágico en la capital guerrerense lo separó de nosotros, por eso cada vez que paso por el Centinela volteo al panteón que está en sus faldas, lugar donde pidió ser sepultado este gran boxeador mexicalense.

Gracias Mexicali por tu gran aportación al deporte mexicano; Plaza Calafia quédate con tus recuerdos, tus vítores y tus tristezas, te pertenecen ya que como aquel cerro “tienes un lugar en la historia”.