LA BUDFADORA

BUFADORA

Por El Mosquito
lunes, 2 de diciembre de 2019 · 00:00
Cuando todavía no se cumplía un mes de haber asumido sus funciones como titulares de la Secretaría de Bienestar y Oficialía Mayor, respectivamente, con diferencia de horas solicitaron licencia Cinthya Gisel García Soberanes y Jesús Núñez Camacho, ambos involucrados en el escándalo de los moches que podría sumar más víctimas en el transcurso de la semana que inicia.

Aunque los dos funcionarios alegan ser víctimas de un complot, lo cierto es que las grabaciones y conversaciones que se difundieron hace unos días los dejan muy mal parados, y lo peor es que la persona que los señaló de pedir comisión adelantada a cambio de prometer contratos millonarios a determinados proveedores, es Rosendo Colorado, quien gozaba de las confianzas de García Soberanes.

Y sólo por este hecho es más que suficiente para despedirlos por pérdida de confianza, además de investigar el asunto hasta las últimas consecuencias, porque no se trata de un caso menor.

El gobierno que encabeza Morena en Baja California sabe perfectamente que están en la lupa nacional, no sólo por el tema de los dos o cinco años, sino porque tumbaron 30 años de panismo, al cual denunciaron por una serie de corruptelas. Por tanto, este es el momento preciso para demostrar que no hay vacas sagradas.

Esta es una oportunidad para Jaime Bonilla Valdez para demostrar que se pueden hacer las cosas diferentes en el gobierno y de que no hay perdón para quien se equivoca con todas las agravantes. Lo ideal es que se lleve a cabo una investigación seria, transparente, con prontitud, pero lo más importante, que no se proteja a nadie.

Silencios y ausencias
Así como nadie sale a defender al ex gobernador Francisco Vega de Lamadrid, quien se quedó sin amigos y aliados, lo mismo está ocurriendo con los funcionarios involucrados en presuntos moches, y ese silencio se presta a muchas lecturas.

Es obvio que los detractores de la 4T y los partidos de oposición exijan sangre, pero es tradición en el sistema político mexicano que se busquen chivos expiatorios y los autores intelectuales nunca sean exhibidos ni llevados ante la justicia, y es por eso que esta es una opción de oro para demostrarle a la gente que las cosas cambiaron para mejorar.

Con todo lo que han padecido los bajacalifornianos ya no hay sitio para la simulación. Dejar pasar y dejar hacer como si no pasara nada generará desencanto social, y los problemas más graves no podrán resolverse en una atmósfera de desconfianza.

Convaleciente
Pese a los serios problemas de salud que ha venido padeciendo, el senador Gerardo Novelo Osuna se ha mantenido activo, dando seguimiento a la agenda parlamentaria, además de estar pendiente de asuntos de la comunidad, como la reciente firma de la Alianza entre la Secretaría de Turismo federal (SECTUR) y la empresa promotora de carreras fuera de carretera Score Internacional, en cuya firma protocolaria, como ya lo hicimos notar en este espacio en su momento, el gobernador Jaime Bonilla Valdez hizo un público reconocimiento al representante de los bajacalifornianos en la Cámara Alta.

Pero como decíamos, Novelo se vio obligado a guardar reposo, por recomendación de los médicos, de acuerdo con lo que nos comentan buenos amigos del legislador, quien hace apenas unos días se reincorporó de manera parcial a sus actividades, dentro de las cuales está preparando un informe legislativo que se vio obligado a postergar por las razones antes mencionadas.

Contratos eólicos caros
La CFE paga más cara la energía que generan plantas eólicas que las de gas natural porque arrastra contratos con privados con un costo mayor a las centrales construidas tras las subastas.

El 19 de noviembre, CFE dijo que a su subsidiaria Generación V le cuesta mil 586 pesos generar un megawatt/hora en una central eólica, mientras que en una de gas 820 pesos.

Ramón Basanta, director de Atco Energía, expuso que las centrales eólicas que comparó CFE fueron contratadas con privadas en 2012 bajo el esquema Productor Independiente de Energía; es decir, no son propiedad ni las opera la empresa del Estado.

Estos contratos eran la única forma de que CFE comprara energía renovable en ese momento, dijo.

El precio que se acordó entonces fue fijo, donde 90 por ciento fue pago en infraestructura y 10 por ciento en mantenimiento.

Entonces el costo de tecnología e infraestructura instalada eran hasta 50 por ciento más caros que las plantas surgidas tras las subastas.

En las centrales de ciclo combinado hay costos variables que dependen del precio del gas, que es muy bajo.

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