Las mañaneras

Que dice el presidente que las mañaneras ahorran dinero. Lo que hemos visto es una reducción de dineros en todo.
Se han perdido puestos en virtud de la austeridad y uno se pregunta si esa es la solución a todos los problemas del país.
La cuestión central se vuelve entonces una dicotomía moral, como el nuevo juramento anticorrupción.
El que los funcionarios no mientan y no roben a los ciudadanos no nos garantiza nada.
Solo una cosa es segura: su honestidad va en proporción con su mortalidad.
Cualquiera puede ser victima de la corrupción y de sus propios demonios.
Y si no, allí tenemos el caso de Eva Cadena que fue grabada recibiendo sobornos.
La calidad moral y la buena conducta no llevan al camino de los en tuertos.
Es evidente la crisis de legitimidad del estado mexicano.
Y esto nada tiene que ver con las buenas intenciones del presidente, ni con las filias y fobias que se puedan tener.
Lo que se logre sera merito de todos los que día a día construimos este país con esfuerzo y trabajo.
Tener filias y fobias tampoco ayuda ni abona en nada.
La clave aquí es simple: unión y trabajo.
Desde luego los opositores allí están: eso se llama democracia y que bueno que exista.
Las buenas intenciones son solo el camino de la redención.
Un México redimido que viva una democracia abierta sin miedos ni culpas es posible.
Esa redención y ese sentimiento de liberación solo se darán si nos unimos todos.
Si dejamos de repartir culpas y nos unimos el pais puede caminar otro sendero diferente al de nuestros padres y nuestros abuelos.
Tenemos todo para que se nos abran las puertas.
Pero aquí esta el problema: lo primero es que nos dejemos de pretextos y ejercitemos algo fundamental: libertad y democracia.
Cuando se alcance la democracia sin adjetivos y la libertad entera estaremos totalmente listos.