BAÚL DE MANÍAS

Un andante, con púm al final

Por Ma. Cristina Álvarez-Astorga
martes, 24 de diciembre de 2019 · 00:01

No cabe duda de que nos pasamos la vida aprendiendo (y desaprendiendo). Por ejemplo, hasta ahora me entero de que la palabra italiana “timpani” quiere decir “timbales” (así, en plural, como los legendarios timbales del cura de Villalpando (púm, catapúm, chín, chín) que alegremente iban sonando (gori-gori-gori- tilín- tín- tín, de Villalpando, púm). Y, como una cosa lleva a la otra, también hasta hoy me entero de que la cancioncita que tanta gracia me hacía (y me hace) no la inventó Paco Stanley, sino Madaleno. Oh, sí.

El timbal es un instrumento musical membranófono de sonoridad grave, que puede producir golpes secos o resonantes. Se usa golpeando los parches con la “baqueta de timbal”. Es básicamente un calderote de cobre cubierto con un parche natural o sintético. Si el parche es natural, puede ser de piel de novillo o de cabra. Si es sintético, seguramente es de Tereftalato de polietileno. Ándale.

La palabra “timbal” deriva de un cruce entre raíces latinas y árabes: Por un lado, “tímpano” proviene del latín “tympanum”, vocablo basado en la raíz griega τύμπω (“tumpo”, del verbo golpear, que produce el participio τύμπανον “túmpanum”). Del lado árabe, la raíz “ at-tabol” (redoblar, tocar el tambor), llevó a “atabal” (tambor, en castellano “atambor”), que por cruce con tímpano y pérdida o aféresis de la primera vocal, pácatelas, culmina en timbal. Ándale.

Así como hay obras célebres que no requieren de los timbales, las hay en las que éstos cumplen una función importantísima, eso que ni qué. Pienso, por ejemplo, en el poema sinfónico Finlandia, opus 26, del compositor finlandés Jean Sibelius.

Sibelius compuso muchísimas obras notables, pero ahorita nomás me gustaría que mis cultos, amables y simpaticones lectores checaran su Andante Festivo, para Orquesta de cuerdas y timpani. Aquí hay un video que tiene la particularidad de que la obra está dirigida por el mismísimo Jean Sibelius, en una transmisión de radio que hicieron desde el Helsinki Concert Hall, el 1º. De enero de 1939. Los timbales aparecen hasta el final, así es que escúchenla hasta que termine.

El Andante Festivo es tiene un solo movimiento y fue originalmente compuesto para cuarteto de cuerdas, en 1922. Ya mucho después, en 1938, Sibelius hizo otro arreglo, para orquesta de cuerda y timbales. Lo compuso para el 25 aniversario del molino de madera contrachapada “Saynatsalo”. En él, emplea un vocabulario musical que se opone completamente a las tendencias prevalecientes en la música de la época. En lugar de irse por el lado facilón de, digamos “capturar las características mecánicas del molino”, Sibelius decidió inspirarse en la naturaleza, y la obra tiene un tono solemne, casi sacro.

El 1 de enero de 1939, para asombro de todos (por lo menos de todos los finlandeses), tras una ausencia de más de una década, Sibelius apareció de nuevo frente a una orquesta, para dirigir su Andante Festivo. Él era buen violinista y sabía cómo componer para las cuerdas. Aquí interpretan una sencilla melodía que se repite de forma continua y cuya respuesta encontramos en los timbales, en los últimos cuatro compases, como si se tratara de una respuesta religiosa en la época anterior a la Segunda Guerra Mundial. Esta grabación recoge la última actuación de Sibelius como director de orquesta. Guau.

Felices fiestas.

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