DÍA DEL SEÑOR

Fiesta de la Sagrada Familia. Ciclo A

Por Carlos Poma Henostroza
sábado, 28 de diciembre de 2019 · 00:27

“Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”
Mt 2,13-15.19-23


Hoy, Primer Domingo después del Nacimiento de Dios-hecho-Hombre, celebramos la Fiesta de la Sagrada Familia. En el Evangelio de este día vemos a esta Familia en un problema muy difícil. La narración simplificada de la Huida a Egipto tal vez nos impide captar en toda su dimensión lo que debe haber sido esta circunstancia para la Santísima Virgen y San José.

Comienzan, nuevos imprevistos y dificultades para la Sagrada Familia. Esta huida significaba cruzar el peligroso desierto para escapar a un país extraño y lejano. Cruzar el desierto significaba estar expuestos a sed, hambre, riesgos, cansancio, etc.

Irse a Egipto significaba un exilio en tierra extranjera. Pero tanto la Virgen como San José aceptaban con una fe indubitable los planes de Dios para con ellos. Así como partieron para Belén justo antes de María dar a luz, sin ningún temor, así como aceptaron tener como morada para ellos y para el “Rey de Reyes”, la humildísima Cueva de Belén, así aceptan marcharse de allí a una tierra desconocida y lejana, sin saber siquiera por cuánto tiempo sería ese exilio.

Los momentos difíciles vienen más tarde o más temprano, más frecuentes o menos frecuentes, para cada familia o para cada uno en particular. Pero, confiando en la Voluntad Divina, todo se hace posible y todo se hace más fácil, porque todo está en manos del que nos guía.

Y Ese que nos guía es el mismo que guió a la Sagrada Familia por el desierto hacia Egipto, la acompañó durante el duro exilio allí y luego la guió de vuelta a Nazaret. Ese es Dios Padre, que desea sólo nuestro bien, nuestro bien personal y nuestro bien familiar.

La Sagrada Familia ilumina los valores de la familia humana y cristiana en la medida en que nos permite comprender la aventura humana de Jesús. Los padres no sólo traen los hijos al mundo sino que se desviven por ellos para ayudarles a ser personas adultas, que pueden asumir libremente su propio destino. Eso es lo que hicieron José y María con Jesús.

Siempre existirá el Herodes de turno, pero siempre habrá un Dios dispuesto a liberar a su hijo. Todo empezó con la llamada que Dios hizo a su pueblo a salir de Egipto. Entonces salió de la esclavitud para pasar al servicio de Dios.

En la familia todos somos importantes nadie está de más. Dios se hace familia entrando en la historia en una familia concreta, José artesano de la carpintería y María ama de casa. Dios se hace familia con problemas, con dificultades, donde se valora el trabajo, donde se asumen los disgustos. Que Dios se haga familia no es motivo de deshonor para él, sino todo lo contrario, es un motivo de su amor por el ser humano.

Hoy y siempre el fundamento de la familia es el amor. El amor nace en la relación entre el esposo y la esposa, de esta relación se alimenta y desde los padres se irradia hacia los hijos y hacia todos. Su amor les ayudará a infundir en sus hijos la fe y los valores humanos. Los padres cristianos son los primeros educadores de la fe de sus hijos antes que la parroquia o la escuela.

Esta relación, este amor en nuestro tiempo sufre un ataque en diversos frentes: se cultiva menos el diálogo; los miembros de la familia reciben estímulos muy fuertes para salir de casa y ausentarse a veces peligrosamente. Otras veces escasea el tiempo para convivir, por causa del trabajo, los horarios. La fidelidad se presenta como algo complicado. La escasez de trabajo dificulta gravemente un serio proyecto de convivencia a los jóvenes. Corren por el mundo muchas ideas falsas sobre el amor.

En el día de la Sagrada Familia, tenemos un recuerdo muy especial por nuestra familias, por las de cada uno, por las que tienen dificultades para realizar sus proyectos iniciales, para que las virtudes y actitudes de María, José y el niño sean también las nuestras, y que los vínculos de la sangre o del amor sigan siendo algo que valoremos en la realización de nuestros proyectos personales de vida.

Que el amor de la sagrada familia los bendiga hoy, acompañe y proteja siempre.

cpomah@yahoo.com

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