Vete a la... Tapo

¿Qué es peor que una persona corriente? Una persona corriente con poder como Rocío Nahle, la secretaria de Energía que tiene mucha energía para mandar al diablo a los ciudadanos. Resulta que el otro día en el aeropuerto, alguien le gritó al presidente Andrés Manuel López Obrador que reviviera el aeropuerto de Texcoco, porque el actual no da para más.

El amado líder se hizo como el tío Lolo y siguió caminando riéndose. La que le contestó al señor que se atrevió a reclamarle al mandatario fue Nahle. La veracruzana le gritó: “Estamos construyendo Santa Lucía, mi chavo. Y si no te gusta... ¡vete a la TAPO! (Central Camionera)”.

El desprecio de la funcionaria fue inocultable y, obviamente, desató todo tipo de críticas en su contra. Y no es para menos: a los morenistas se les olvida que ya son gobierno y, por lo mismo, que deberían gobernar para todos, no nada más para sus cuates.

Se comportan peor que tío borracho en la cena de Navidad, pues se ponen al tú por tú como si los ciudadanos que no estamos de acuerdo con ellos fuéramos sus enemigos. Y es que lo de Nahle no es un caso aislado.

No hay que revisar demasiado las redes sociales de los integrantes del gabinete para ver cómo desdeñan las críticas, insultan a la gente y hasta se pitorrean de quienes no están de acuerdo con ellos. López Obrador dice que es libertad de expresión. Dado que ellos cuentan con toda la fuerza del Estado en contra de los ciudadanos, sus ataques no son libertad de expresión, sino abuso de poder. Se les olvida que manejan el gobierno de México, no un pesero.

¿Y ahora qué, Sheinbaum?
A veces pienso que Claudia Sheinbaum tiene más mala suerte que el Cruz Azul.

Justo el día en que se difundió una foto de ella formada para comprar jamón en el súper, ¡que se quema La Merced! Poco le duró el gusto de la campaña que le organizaron para hacerla ver como una persona normal, pues en medio de la cena de Navidad se tuvo que ir a supervisar (es un decir) cómo los bomberos trataban de apagar el incendio que consumió ¡600 locales! Es muuuy extraño que justo en este mes se hayan quemado tres mercados en la Ciudad de México.

Todos de noche y con un clima que para nada favorece los incendios. Lo más extraño de todo es que apenas en el gobierno de Miguel Mancera también se quemó La Merced y su administración se gastó una millonada para reconstruir los locales y, supuestamente, establecer nuevas medidas de seguridad para evitar otro siniestro.

¿Qué pasó? ¿Será que Mancera también se clavó ese dinero? ¿O será que Sheinbaum está aplicando la misma fórmula para disponer, con total discreción, de muchos millones de pesos extra para su presupuesto? Digo, no es que yo sea malpensado, peeero... ¿a poco no resulta un poco extraño todo esto?

Un chiste para terminar. Le dice una señora al niño: “Hijo, nunca mientas. Si dices mentiras no llegarás a ser alguien importante”. Extrañado, el niño responde: “¿Y entonces cómo se llega a ser político?”.