Amador...del deporte

Voy a dar un pormenor

Por MAO
sábado, 28 de diciembre de 2019 · 00:00

Ha sido un año fascinante. La faceta de columnista me ha gustado mucho. Creo que he cumplido con el mínimo requerido. Un trabajo que surgió casi de la nada, y que se fue dando solito; Dios siempre ha sido fiel conmigo, no le pido que me dé, sino que me ponga donde hay, yo me sirvo solo.

Aquí no es cuestión tanto de memoria, ya que lo que menos usamos es estadísticas, ¿nombres que faltan? Muchos, hombres y mujeres que merecen el reconocimiento que por mucho tiempo no se les ha dado. Si con los que van, y los tantos que faltan, alguien duda que Ensenada merece tener un Salón de la Fama del Deporte, déjeme decirle que “está frito”.

Pero como dijera Machado (el poeta español, no el pelotero) “...lo nuestro es pasar”, no así las leyendas del deporte porteño, a quienes hemos procurado rescatar, más que sus tardes gloriosas, la enorme calidad que seres humanos que poseen; salvo la primera edición de esta columna que fue dedicada a un objeto perteneciente a un amigo distinguido, todas las demás han tenido relación directa con un acontecimiento deportivo (aun aquella mochilita estuvo en un parque de pelota).

Hombres y mujeres, equipos que fueron dinastías, campos y edificios que han albergado una disciplina deportiva, hasta una calle de mi ciudad fue motivo de reconocimiento, todos y cada uno de ellos desfilaron por este teclado y fue un gozo cumplido cuando el nuevo producto salía a la luz pública.

Mas el 2019 se va y con él los recuerdos, las alegrías y todo lo que un calendario de 12 meses contiene, y debo reconocer que quizás escribir para un diario sea casi lo mismo que tratar de enviar hoy en día tarjetas navideñas por correo. Lo rescatable es que mi mente no se preocupa en lo más mínimo por eso; cuando escribo solo pienso en la leyenda en turno, ya sea en el plano individual o por equipo, que adquieren el papel de dignos destinatarios.

El año se va pero me quedo con mis creaciones, que forman un tesoro invaluable; algunos quizás no se enteraron que desde aquí se les hizo un humilde, sencillo pero muy merecido, homenaje textual de lo que su labor deportiva dejo escrita, en algún lugar, con letras de oro. Al escribir las penas se las llevaba el viento, no existía más nada que el teclado actuando en complicidad con la nostalgia para ir hilvanando ideas y forjar la historia.

Adiós 2019 pero no me quedo solo, al contrario, te quiero agradecer por los compañeros que trajiste a mi vida. Ahora comparten mi vida “Cuatro historias un destino”, “Ese es mi amigo el puma”, “Un equipo clavado en la historia”, “Estos eran dos amigos”, “Un lobo solitario”, “Héroe del silencio”, “Un diablo con piel de Cordero”, “Rumbo al sur”, “Campos de sueños”, “Avenida eléctrica”, “Mexicali fue mi cuna” y tantas más que se han quedado para siempre.

Gracias a ustedes admirados deportistas por darle vida a mi teclado cada semana, sin ustedes, quizás no amara tanto el deporte. Bienvenido 2020 que tú y yo tenemos mucho trabajo por hacer, hay aun grandes historias por escribir, dame salud Señor e inspiración para que por medio de esta columna sigamos haciendo que aquellos mortales deportistas se acerquen cada vez más a la inmortalidad.

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