El viaje de mi madre

Por: Luz Adriana López Gallego*
martes, 3 de diciembre de 2019 · 00:00

Hace años tuve la grandiosa oportunidad de viajar por vez primera al viejo continente, ahorré por meses para poder comprar el vuelo a Frankfurt, Alemania y los boletos del tren que ocupaba para llegar a mi destino final, sin saber nada del idioma y con muy escaso dominio del inglés me lancé a una de las aventuras más gratificantes de mi vida viajera.
En ocasiones me pongo a recordar todo lo que pasé en ese viaje y me sorprendo de lo que puede uno conocer si se quita el miedo de encima.
El próximo sábado mi madre celebra su aniversario de nacimiento y en el marco de esta acontecimiento me he puesto a rememorar los años que tengo de conocerla; yo nací en Baja California, pero ella es de un pueblito en el estado de Tabasco llamado El Recreo en Jalpa de Méndez; su vida misma ha sido una aventura, tal vez una de las que más admiro y que me han dado valor cada vez que necesito coraje para emprender algo nuevo.
A mediados de los 80 viajar era algo completamente diferente a lo que conocemos hoy, viajar en avión era aún inaccesible para muchos y tomar el autobús para llegar a destinos lejanos tomaba días debido a las pocas rutas existentes o las condiciones de los caminos.
Incluso muchas personas jamás tuvieron oportunidad de conocer más allá de sus ciudades de nacimiento, pero mi madre fue una de las que dieron ese paso hacia lo desconocido, sin saberlo entonces, su espíritu viajero la llevó a emprender una de las aventuras más grandes de su vida que la llevaría a echar raíces en la península donde todos sus hijos crecieron.
En ese tiempo mi padre logró un trabajo en Baja California y mi madre junto con mi hermana mayor recién nacida permanecían en Tabasco, al poco tiempo mi papá envió suficiente dinero a mamá para que pudiera solventar los gastos del viaje.
Fueron tres días en autobús con una pequeña en brazos sin saber hacia dónde iba, pues en ese entonces no había internet, GPS o celulares para estar en contacto, lo único que cargaba era el sueño de formar una familia en un lugar próspero.
Baja California le brindó esa oportunidad y pasó de ser un lugar desconocido a ser el destino por descubrir.
Mi madre siempre quiso viajar, salir de su pueblo y conocer nuevos lugares, por fortuna mi padre también comparte ese gusto y juntos se han ido a recorrer el país en varias ocasiones. 
El espíritu aventurero fue algo que mi madre heredó a sus hijos, por algo tres de los cinco vivimos fuera de la ciudad y a todos nos encanta viajar; en lo personal, cada vez que algún contratiempo se presenta en mi vida pienso en esa muchacha que se subió con su pequeña a un autobús a emprender el viaje de su vida; si mi madre tuvo la valentía y el coraje de afrontar lo desconocido, lo menos que puedo hacer en su honor es encarar la aventura y seguir sus pasos.
¡Hasta el próximo viaje!

*La autora es periodista y gastrónoma 
redes.cubriendobc@gmail.com
 

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