POR SI LAS MOSCAS

Atolazo del primer año de Gobierno

Por Laura Monzón
viernes, 6 de diciembre de 2019 · 00:00

Varios grupos musicales amenizaron la mañana del domingo 1 de diciembre, en el Zócalo capitalino. Circo al pueblo, le llaman.

Hora y media después, el mandatario, convertido en anfitrión de la romería morenista, caminó ante acarreados e invitados de alta alcurnia para estrechar sus manos. Por su parte, los asistentes gritaban consignas aprendidas de memoria con antelación.

Acompañado de su esposa, el presidente López subió al templete, para rendir ante las masas su primero, segundo, tercer o cuarto… Como ya perdimos la cuenta, para evitar confusiones, se decidió llamarlo Informe del Primer Año de Gobierno.

¿El Congreso de la Unión? Muy bien gracias. Un informe sin réplicas ni críticas u observaciones, como a él le gusta: que nadie le contradiga las mentiras.

Luego de pedir silencio, el señor presidente inició la mega homilía mañanera de sus propios datos.

«Amigas y amigos», dijo con su característico tono punzante y parsimonioso, «el cambio que estamos realizando está a la vista».

¿Dónde? Nos preguntamos muchos, volteando a un lado y al otro, porque seguimos sin ver algo contundente, que vaya más allá de la retórica que conocemos casi de memoria.

Eso sí, habló de reformas constitucionales para convertir la Carta Magna en su manual de proyecto de nación, como se acostumbra en este país cada sexenio. Ahora, que se vaya a respetar la ley, está por verse. Hemos sido testigos, en varias ocasiones, que morenistas “dechados de honestidad” se pasan los decretos por el arco del triunfo.

La información presentada en el discurso no coincide con la realidad.

En seguridad, por ejemplo, los números son alarmantes. La incidencia delictiva está creciendo, al igual que los homicidios. De diciembre 2018 a octubre de este año se registraron 32 mil 565 víctimas de homicidio; 933 feminicidios, mil 565 secuestros y 7 mil 915 casos de extorsión. De enero a diciembre de 2019, han asesinado a un promedio de 382 policías. La impunidad en todo el país es de 90 por ciento. Mientras en mandatario presentaba en el informe de sus propios datos, 127 personas estaban siendo asesinadas. El 1 de diciembre, fue el día más violento del año. Expertos calculan que este año podría cerrar con 36 mil homicidios; otros dicen que 38 mil. Los números no son alentadores. Pero vamos bien, dice López.

Presumió que, en la franja fronteriza del norte de México, se creó una zona libre en la que se redujeron los impuestos, beneficio que por estos lares seguimos sin palpar, porque es una tomada de pelo por parte del mandatario y su séquito.

Los programas sociales, ya sabemos que son electoreros. Repartir el dinero del erario no acabará con la pobreza y la desigualdad, por más que él insista en que hay una distribución más equitativa del gasto público. Sin desarrollo, seguridad, infraestructura, productividad, empleos dignos y mejor remunerados, educación de calidad, protección social, igualdad de género e instituciones fuertes jamás habrá crecimiento económico. Pero el “atolazo” con el dedo con los programas de bienestar está a la orden del día.

Lo más curioso del asunto, lo que a muchos nos da risa y a la vez nos alarma, es que López habla de neoliberalismo en pasado, como si lo estuviera erradicando del país. Lo cierto es que la mayoría de las acciones que lleva a cabo están bastante apegadas a dicho modelo económico; más aún que en los gobiernos anteriores.

Friedman, Hayek y todos los Chicago Boys estarían orgullosos de él, por haber recortado al máximo el gasto público, debilitar las instituciones, ocasionar tantos despidos a nivel gubernamental y buscar más intervención de las empresas en proyectos sociales. Dime de qué presumes y te diré de qué careces, reza el sabio proverbio.

López pidió un año más para establecer las bases de la Cuarta Transformación (Neoliberal). A menos de que salgamos corriendo del país, no nos quedará más que aguantarlo.
 

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