CRÍTICA DE LA RAZÓN CÍNICA

Los niños de mi escuela

Por “¿De qué nos sirve saber, si lo que sabemos no tiene consecuencias? Nada debe considerarse bueno, parezca los que parezca, si no ayuda”
viernes, 6 de diciembre de 2019 · 00:00
Bertolt Brech

Rael Salvador

Te dicen claramente hablando lo que quieren.

Son los niños.

–Profesor, quiero agua.

–Profesora, quiero salir a jugar.

–Profesor, quiero que me ayude a ir a la Luna.
Corren, se detienen, piensan… Intentan verdaderamente volar.

Son los niños de la escuela.
Son los niños venidos, como las cebollas y los tomates, del campo.

Son los niños, desembarcados de un puerto, donde la choza navega por los mares de la desesperación y la miseria, abono de sus fantasías y magias transitorias.

Son los niños de mil maneras: los que construyen la Navidad con cualquier cosa roja, los que avientan sal a las sombras para ser felices en su astronomía, los que con los palos perdidos arman espadas marineras, los niños de mil maneras y mil formas.

Pero existen otros, en la misma escuela, en el mismo campo y en el mismo puerto que, opacos y desarticulados, en silencio opresivo, advierten temerosamente lo que necesitan, lo que les hace falta.

Sus ojos, más que nada, lo expresan: asaltan los alfabetos del dolor y nos brindan una lectura callada...

Lágrimas contenidas que se leen.
Son niños que el Sistema no entiende (te atiendo, pero no te entiendo), son alumnos que el Sistema no comprende (te escucho, pero no te hago caso).

Los que ya no se pueden identificar por las Becas, pues “becados” están todos (tanta es la miseria).

Becas para niños que comprueben no tener padre, cuando el mismo Sistema no tiene madre (su “Estatuto Jurídico”, que suspende clases después de tantos días no reparables por lluvia).

Los que el sexo aparta, cuando se cansa de fingir que es amor.

Los que desayunan el fuego de la bronca y el insulto de la locura, si algo desayunan.

Son, ejército fantasmático, las almas que pagan con su vida la entrada “gloriosa” al infierno de esta Tierra, de esta academia existencial… Acatando, quieran o no, leyes de obediencia debida y punto final.

raelart@hotmail.com

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