ECONOMÍA Y POLÍTICA

No es complejo entender a la gente

Por: Rolando Daniels Pinto
lunes, 4 de marzo de 2019 · 00:00

Quienes eligen a un gobernante, son tan responsables de sus actos y sus resultados, como el propio elegido
Arcángel Rojo

Pronto iniciarán las campañas para elegir el Ejecutivo Estatal, renovar la Cámara de Diputados y los Ayuntamientos, del Poder Judicial aun no existe forma de participación ciudadana en su designación; en consecuencia, se conocerán propuestas – algunas falaces – de solución a los problemas sociales.
Por extraño que parezca, no es complejo entender las necesidades y aspiraciones de una sociedad ávida de buenos gobernantes y mejores resultados de la gestión y administración pública; lo difícil al parecer, es encontrar mentes brillantes y personas honestas con la sensibilidad para asimilar la aspiración social.
¿Cuáles son esos deseos y anhelos del ciudadano? la respuesta es simple, las personas quieren transitar tranquilas por las calles a cualquier hora, sentirse cómodos y seguros en sus hogares y, cuando están fuera de casa, tener la certeza de que su patrimonio está protegido por una autoridad eficaz en ello.
Mas para transitar alegre por las calles, el ciudadano requiere vialidades seguras, bien iluminadas, con banquetas y calles en óptimo estado, sin hoyos ni baches, limpias y sin basura, sin malvivientes ni mendigos que incomoden o hasta ofendan a los transeúntes y bien patrulladas por la policía preventiva.
Igual, la gente necesita de trabajos dignos para llevar con decoro el sustento que alegre su hogar y así poder enviar con vitalidad los hijos a la escuela a recibir una instrucción pública – la educación es en casa – de calidad, en escuelas debidamente habilitadas y con profesores preparados y bien pagados.
Asimismo, la gente desea que sus desechos sean frecuentemente dispuestos con un sistema de recolección de basura eficiente y eficaz, para evitar problemas de salud y que, en todo caso, su salud sea eficazmente atendida en instituciones dotadas con médicos y enfermeras sensibles y capacitados, con clínicas y hospitales debidamente equipados y proveídos de medicamentos suficientes y vigentes.
También, los contribuyentes desean que sus aportaciones se plasmen en servicios públicos accesibles y de calidad, no en el pago de una nómina excesiva; quieren menos servidores públicos, pero atentos, honestos, educados, con sueldos y salarios acorde a su nivel de instrucción o formación profesional.
La sociedad reclama funcionarios honorables, capacitados para el cargo que desempeñan, transparentes y eficaces, que se comuniquen eficientemente con ella, que les informen con veracidad y oportunidad; que sepan distinguir entre lo urgente y lo importante, capaces de priorizar debidamente los problemas y sus soluciones, aplicando correctamente los recursos (humanos, materiales y financieros), a su alcance.
Si lo urgente es adquirir equipo para recoger la basura, lo importante es crear una cultura para la disposición de los residuos domésticos, incentivando la separación de materiales. Si lo urgente es comprar patrullas, sistemas de video vigilancia y equipo para los policías, lo importante es una estrategia de seguridad pública orientada a la prevención del delito iniciando en los propios hogares.
Si lo urgente es el bacheo de las calles, lo importante es su reconstrucción con materiales de calidad y larga durabilidad, sancionando severamente a quien realice obra con vicios ocultos. Si lo urgente es reparar los semáforos, lo importante es instrumentar un sistema de movilidad y transporte urbano.
Definitivamente, no es complejo entender las necesidades y aspiraciones de la gente, tampoco es difícil diferenciar lo urgente de lo importante; lo que parece complicado, es encontrar a los funcionarios capacitados para su cargo, honestos y eficaces; pareciera que todo es cuestión de elegir bien. ¿Verdad?

rdanielspinto@hotmail.com
 

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