LA BUFADORA

Limosneros y con garrote

Por El Mosquito
viernes, 8 de marzo de 2019 · 00:23

Morena fue creado en 2011 como un movimiento político impulsado por Andrés Manuel López Obrador. En 2014, el movimiento se constituyó como una asociación civil. En julio de ese año el Instituto Nacional Electoral (INE) le otorgó su registro como partido político. Participó en la primera elección como partido en 2015 para renovar el Congreso federal y en las de 2016 en Baja California para la elección de munícipes y diputados; dos años después gana la presidencia de la república y mayoría de diputados y senadores, así como municipios y algunos estados del país.

Eso indica que Morena es un partido nuevo, con sólo dos elecciones federales y en Baja California una local.

Algunos simpatizantes llegaron a Morena en la elección del año pasado, entre ellos Jaime Martínez Veloz, Rigoberto Campos y otros, quienes en las redes sociales se dan golpes de pecho porque alguna vez militaron en el partido comunista, el PSUM o el PST. Todos ellos suponen que su pase es automático (también del PRI, PAN, PRD) a Morena, como si no existiera nadie más.

Se dicen, se ostentan, se sienten los dueños de Morena. Le reclaman al dirigente estatal, a los municipales, a los candidatos de Morena que “ese no es el partido” por el que ellos votaron.

Ignoran que los candidatos de Morena responden al perfil de los fundadores, a los pioneros, los que hicieron el partido y de quienes, en 2015, nadie daba un peso por ellos.

Siendo claros, Morena tiene actualmente preferencias sostenidas como en 2018 y quienes votaron por ellos, con todo respeto, no hacen en el mundo a los que hoy se quejan porque quedaron fuera de las candidaturas. Ni modo chicos.

Aunque se parecen, no es igual
Ayer, el senador Gerardo Novelo Osuna presentó en el Senado de la República un punto de acuerdo de urgente resolución para que “esta soberanía recomiende al gobernador de Baja California hacer las aportaciones presupuestales correspondientes a la máxima casa de estudios de la entidad, pues desde hace años el ejecutivo de Baja California ha incumplido su obligación legal de otorgar dichos recursos presupuestales a la Universidad Autónoma de Baja California”. En letras llanas, el senador pidió a sus compañeros que exhorten al gobierno estatal para que pague lo que desde hace mucho se debe a la UABC.

Sólo para que quede como registro. El senador Gerardo Novelo Osuna tiene su agenda, sus aliados y sus objetivos políticos.

Pregunta. ¿A qué se debe que los críticos del alcalde le cargaron el muertito de la Baja 500 en el Estero Beach, del que se dijo “es de la familia del alcalde”, como si les diera comezón referirse al senador por su nombre, verdadero autor del cambio de sede sugerido por el promotor?

Más bien la cosa es así. Quien se está llevando la carrera Baja 500 -atención Canirac- al Estero es el senador de la República, no el presidente municipal, que aunque se apelliden igual, no son lo mismo. Uno es del PRI, el otro de Morena. Al que le gustan las carreras e hizo los primeros acuerdos es el senador. Y éste también responde al interés público.

De nada.

Diálogos superficiales
Recién un conferencista hablaba de la riqueza de ideas que aporta la generación de milenials en los grupos de trabajo, frescas, creativas, innovadoras, tecnológicas. Quizás esa sea la constante de esa generación que es más que bienvenida.

Sin embargo, ni milenials ni generación equis o zeta han elevado la calidad del discurso en las redes sociales.

Si el lector le pone atención, se dará cuenta que los temas son superficiales. No hay datos duros o por lo menos una mínima investigación en la supercarretera de la información o en San Google. Aparte que las publicaciones reflejan estados de ánimo, sus concurrencias familiares o de amigos, recetas de cocina -siempre bienvenidas- no hay aportes para el destino, el futuro o los derroteros que habría que seguir para Ensenada o el estado, ya si no para el país que hoy día se encuentra en un profundo debate respecto a la ruta que plantea el nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

¿En serio esos son los temas de Ensenada? ¿No hay un planteamiento sobre lo que habría que hacer con la indigencia, los adictos, los enfermos mentales, las madres solteras, los sin empleo o los sin ilusiones?, ¿y de la educación salud, desarrollo tecnológico, el emprendedurismo? ¿Y los proyectos de infraestructura, en qué agenda quedaron?

Es un hecho que Ensenada tiene rostros distintos. Los que se estacionaron en las formas del pasado, los que no han superado la elección del 2018 y los que, independientemente del gobierno, construyen un futuro diferente.
 

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