LA CARROCA

Ruptura

Por Soraya Valencia Mayoral*
sábado, 13 de abril de 2019 · 00:00
El jueves leímos, no sin sorpresa, parte de un documento que publicaron algunos portales de inspiración católica. Se trata de un texto del papa emérito Benedicto XVI (o por lo menos lo firma porque no imagino a un hombre de noventa y dos años que apenas se sostiene y que tuvo el hábito de escribir a mano y con lápiz, sentado al escritorio como en sus buenos tiempos) publicado sin consultar al papa Francisco y que pretende responder a la cumbre sobre abusos. A reserva de revisar el texto íntegro cuando sea publicado, hasta donde se lee el gran inquisidor Ratzinger atribuye al Concilio Vaticano II el problema de la práctica homosexual en seminarios y casas de formación y supongo que para el emérito práctica homosexual y abuso sexual, de poder y de conciencia son lo mismo.

Recuerdo que algunos sacerdotes amigos que ya descansan en paz y que se formaron en seminarios europeos en los años cuarenta y cincuenta me comentaron sobre esto que ya sucedía mucho antes del Concilio. Y qué podemos decir del caso de Marcial Maciel que se remonta a los cuarenta. Sabemos pues que el problema no es nuevo.

El punto sobre el que hay que meditar es por qué un papa emérito que fue durante mucho tiempo el inquisidor de la iglesia, que llevó a juicio sumario a los teólogos peritos conciliares y castigó severamente a la teología de la liberación, hoy rompe el silencio sobre un asunto que ha sido competencia de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

Para nadie es un secreto que existe un movimiento de tipo restauracionista que rechaza el Concilio y al magisterio del papa Francisco. Es cosa de observar la manera en que algunas diócesis están trabajando ignorando el magisterio actual que es el desarrollo del mismo Concilio y que responde a una realidad diferente y volviendo a líneas pastorales que tal vez en su momento funcionaron pero que no son eternas.

Pero hay que leer con calma el documento, meditarlo para poder discernir. Ha habido diferentes reacciones pero hay que esperar. No niego que me ha sorprendido y mucho, no solo por lo que dice sino por las consecuencias que pudiera tener en un momento en el que se siguen destapando cloacas y la tendencia entre los grupos de poder es de cerrar filas.

En fin, inicia la semana mayor y es un tiempo propicio para el silencio. Pero también para el descanso merecido. Que pase usted una feliz semana. Vale.

* La autora es mujer de letras sacras y profanas

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