LA COMEDIA POLÍTICA

Se tenía que decir...

Por Dan T.
sábado, 13 de abril de 2019 · 00:00
Agencia Reforma/Ciudad de México

Desde que todos aprendimos de Edgar a decir: “¡Ya, güey!, ¡no, güey!”, allá por los inicios de Youtube, los investigadores y mercadólogos han tratado de descubrir qué diablos hace que algo se vuelva viral y se vuelva famoso en todo México y a veces en todo el mundo. ¿Cuál es el truco? ¡Quién sabe! Es como tratar de descubrir cuál es el secreto que hace que unos chilaquiles sean mejores que otros, a pesar de ser sólo un plato de totopos con salsa, queso y tal vez crema. (Y no, los chilaquiles no van con pechuga asada, ni que fuera comida de hospital). Y en estos días se puso de moda uno de los memes más tontos y más divertidos que he visto: el de un pollito dando un manazo en la mesa diciendo “se tenía que decir y se dijo”. Y como esta columna siempre busca contribuir al bienestar colectivo, van mis aportaciones a este meme:

1.- La Cuarta Transformación es de cuarta y no es transformación. Se tenía que decir y se dijo.

2.- Ya chole con la discusión de que si las quesadillas pueden ir sin queso. Se tenía que decir y se dijo.

3.- Decirle a los esquites “elote en vaso” es muy de neandertales. Se tenía que decir y se dijo.

4.- Chingue a su madre el América. Se tenía que decir y se dijo.

5.- Que también chingue a su madre el PRI. Se tenía que decir y se dijo.

6.- La UNAM está sobrevalorada. Se tenía que decir y... ay, ay, ay, ya no me peguen, ahí muere, ahí muere: era broma.

7.- Las hamburguesas de tofu, soya, frijol y setas no son hamburguesas. Se tenía que decir y se dijo.

8.- No es necesario que le avises a todo el mundo en Facebook, Twitter o Instagram lo que estás haciendo minuto a minuto. No nos importa. Se tenía que decir y se dijo.

9.- El panista Ricardo Anaya es el peor candidato presidencial de la historia. Se tenía que decir y se dijo.

10.- Tenemos un presidente que da pena. Se tenía que decir y se dijo, pero 30 millones de zopencos no hicieron caso.

El buen Emi
Si juntas a 100 mexicanos que tengan alrededor de 20 años y gritas “¡Emiliano!”, por lo menos la mitad dirá: “¿Qué?”. Supongo que en honor a Emiliano Zapata, luego del alzamiento de los zapatistas, en México se puso de moda ese nombre para los niños. Así como ahora todos toman agua de limón con chía, en aquella época lo cool era ponerle a tu hijo Emiliano o Sofía a tu hija. Pero, bueno, Zapata ya no está tan de moda, pero se le sigue rindiendo culto, como si se tratara de un santo revolucionario. Debo reconocer que su figura siempre ha sido muy carismática, son los ojos tristes y el rostro más serio que el de un jugador de póquer. Cuando ves las fotografías del buen Emi, da la impresión de que se ponía bótox, porque no se le mueve ni el bigote. Y en 2019 se cumplen 100 años de su muerte, por lo que el Gobierno federal declaró el “Año de Emiliano Zapata” y en todos los documentos oficiales aparece el retrato del llamado Caudillo del Sur. Será interesante ver si, en medio de tantos discursos y homenajes, alguien se atreve a hablar un asunto que incomoda a algunos políticos: que Emiliano Zapata era bisexual. De hecho, alguien que lo conoció decía: “Era tan hombre, pero tan hombre, que se echaba a otros hombres”. ¡Qué machín!

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