BARÓMETRO POLÍTICO

Acupuntura política: puntos de presión para la cooperación

Por Susana Silva Gallardo*
martes, 16 de abril de 2019 · 00:00

La Cooperación Internacional para el Desarrollo ha sido, en las últimas décadas, una herramienta del llamado poder blando donde los países urgen construir un proceso de acción conjunta entre sus gobiernos. Esta cooperación busca más que nada el contribuir, generalmente, al desarrollo sostenible en cuestión de capacidades y prioridades de países en desarrollo.

Es por ello que la Cooperación Internacional para el Desarrollo se basa en una gestión conjunta orientada a resultados donde no solo se intercambian recursos materiales, sino que también ambos países se benefician con el intercambio de conocimientos, experiencias y recursos humanos y técnicos.

Tomando esto como punto de partida, es entonces interesante revisar el uso de dicha herramienta en la política exterior canadiense, pues su gobierno ha anunciado recientemente que se cortará, al menos de manera provisional y no completamente, el financiamiento y la ayuda que se le ha brindado a Nicaragua desde la década de los 70.

La base de la cooperación canadiense-nicaragüense tiene como fundamento la provisión de recursos de Canadá hacia Nicaragua con el fin de apoyar su desarrollo, sobretodo en el ámbito rural, pues las comunidades de granjeros son considerados como grupos vulnerables, pues se enfrentan a la migración forzosa a las urbes, las consecuencias del cambio climático en sus cosechas y la poca oportunidad económica como productores locales ante los gigantes de las industrias extranjeras.

Así mismo, Canadá ha instaurado también como un eje prioritario de la Cooperación Internacional para el Desarrollo con Nicaragua, la provisión de recursos que abonen al incremento de oportunidades de mujeres y de la población joven nicaragüense.

En cuanto a las mujeres, el gobierno canadiense lo hace respondiendo a la reciente Política de Ayuda Internacional Feminista de Canadá, donde el mismo gobierno busca apoyar iniciativas de empoderamiento, igualdad de género y la revalorización de la mujer en las comunidades; el segundo, los jóvenes, debido a que la pirámide poblacional de Nicaragua es extensa en su base, donde 65% de su población la componen personas menores a 30 años.

Sin embargo, como ya se ha mencionado, sorprendió el reciente anuncio del gobierno canadiense de cortar la ayuda a Nicaragua. La razón, las recientes y concurrentes violaciones de Derechos Humanos que el gobierno nicaragüense a infligido contra su población civil, sobretodo estudiantes universitarios. Esto a partir de las protestas iniciadas aproximadamente en el mes de abril del año pasado, por parte de la oposición al régimen de Daniel Ortega.

De acuerdo al gobierno de Canadá, la ayuda que financia programas como el proyecto de electrificación rural, la prevención de embarazos adolescentes y el proyecto de comunidades inclusivas y libres de violencia serán suspendidas.

Si bien esta decisión no ha sido públicamente divulgada, en un intento de ejercer presión al régimen Ortega para que reivindique sus políticas de represión contra la sociedad nicaragüense, aún no ha habido pronunciamiento por parte del gobierno de Nicaragua.

Ya sea que la decisión se haga pública o no en los próximos días, sin duda se puede ver cómo esta herramienta, la Cooperación Internacional para el Desarrollo ha sido usada para presionar a Nicaragua en la vigilancia, protección y promoción de los Derechos Humanos. Más importante, ¿hasta qué punto el alejamiento Nicaragua-Canadá puede abrir camino al acercamiento con China y Rusia

*Alumna de Relaciones Internacionales del Tec de MTY campus Guadalajara.

susanasilvag96@hotmail.com
 

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