BAÚL DE MANÍAS

Para variar…

Por Ma. Cristina Álvarez-Astorga
martes, 2 de abril de 2019 · 00:00

Señor, señora, señorita, señorit@. Mi consejo de hoy me lo voy a copiar de mí misma hace unos ayeres, nomás porque sigo festejando el cumple número trescientos treinta y tantos de Papá Bach. No hay que dejarse apantallar por las estuatas y los retratitos, en los que aparece siempre con hosco gesto y empolvada peluca. Su música no es ni adusta, ni empolvada, y gracias a dios no tiene peluca... Y, aunque puede ser intelectualmente compleja, rematadamente misteriosa y profundamente conmovedora, está sin embargo colmada de energía, danza y vitalidad. Tome usted, por ejemplo, una de sus obras más famosillas, el “Aria con variaciones diversas para clave con dos teclados”, más conocida como Variaciones Goldberg, BWV 998. Estas variaciones fueron publicadas en 1741 ó 1742, al poco tiempo de componerlas, cosa que no era habitual y no puede significar más que una cosa: que le gustó mucho cómo le quedaron. Aquí están, con Tatiana Nikolayeva, quien, por cierto, es una especialista en Papá Bach: http://bit.ly/1rLcKwu.

Otro especialista en Bach es el pianista canadiense Glenn Gould, quien por cierto hizo su debut en la Televisión Norteamericana en un programa que hacía Lenny Bernstein. En este chóu interpretaron (nada más y nada menos que) el primer movimiento del concierto para clavecín No. 1 en re menor, BWV 1052, de Bach. Dicen los que saben que la combinación Bach-Gould llegó a ser célebre, en parte porque se necesitaba bastante osadía para interpretar unas partituras con tan poquitas indicaciones como las que tienen las partituras de Bach. O, como dice Lenny (refiriéndose al concierto para clavecín No. 1) “para elegir una aproximación a este movimiento, basados en las taciturnas notas plasmadas en esta partitura, tenemos que estudiar la obra entera, y tomas decisiones en cuanto al tempo, la dinámica, etc.”…

Por cierto, la actuación de Gould comienza a los 18:03. Esto se lo digo nomás por si quiere saltarse la primera parte del programa (una digresión acerca de la multiplicidad de factores que intervienen en una interpretación orquestal y otra acerca de la genialidad del invitado), que está “a little bit annoying” como dirían los gringos.

Originalmente emitido el 31 de enero de 1960, a través de la CBS, patrocinado por la Compañía Ford, este programa se llamaba “The Creative Performer”. En esa ocasión el espectáculo fue un verdadero espectáculo (para los melómanos, se entiende) que consistió en la presentación de tres personajes (que hoy llamaríamos “celebridades”): Glenn Gould (entonces un joven pianista virtuoso de veintitantos años), la soprano Eileen Farrell (cantando “¡Suicidio! “, impresionante aria de la “La Gioconda”, de Ponchielli) y el (aquí sí queda decir) célebre Igor Stravinsky, dirigiendo las últimas tres escenas de “El Pájaro de Fuego”... Todo ello sazonado con los brillantes comentarios musicológicos a cargo de Lenny Bernstein, quien era (como quien dice) una estrella que invitaba estrellas a su show.

No tiene pierde, el programa completo. Si no me cree, chéquelo usted: https://bit.ly/2f26pve.
 

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