MACETA POLÍTICA

Obstrucción de la justicia

Por Sofía Pérez Navarro*
sábado, 20 de abril de 2019 · 00:00
Los delitos de obstrucción a la justicia son figuras que atentan contra la Administración de Justicia. En Estados Unidos, es considerado un delito de proceso que consiste en obstaculizar el camino de funcionarios públicos.

En este sentido, el caso más grande y cercano al contexto mexicano de obstrucción a la justicia llevado a cabo por altos mandatarios, es el caso de Ayotzinapa. Actualmente este caso se encuentra bajo investigación de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pues los informes del ex presidente Peña Nieto fueron rechazados por la misma autoridad, debido a que se encontraron ciertas deficiencias y pendientes en lo que cabe su investigación. Asimismo, es bien sabido que ayuda internacional le fue ofrecida al ex presidente para llevar a cabo una investigación seria, pero este la rechazó. Formalmente no se está investigando a Peña Nieto de obstrucción de la justicia dentro del caso, sin embargo, es evidente que su investigación estuvo llena de obstáculos hacia la verdad, pues cinco años después, aún no se sabe ni siquiera dónde está el camión donde los 43 desaparecidos se encontraban y mucho menos el destino de los normalistas.

Ahora bien, este jueves fue publicado el informe Mueller, en el que, dentro de su marco teórico da por entendido desde varias perspectivas que, a pesar de que Donald Trump no intervino de manera directa en los asuntos rusos durante las elecciones estadounidenses del 2016, sí contribuyó a obstaculizar de manera exhaustiva la misma investigación. El fiscal general William Barr, mismo que se encontraba en contra de realizar la investigación desde un inicio, concluyó que el marco teórico no era suficiente para acusar y proceder con el delito de obstrucción de la justicia al mandatario estadounidense.

A pesar de ello, el informe Mueller sí logró proceder de manera legal a por lo menos 30 personas involucradas en el caso y finalmente, el simple hecho de que Trump se tomará todas las molestias que se tomó para evitar de manera indirecta la investigación, dice más que la conclusión de su amigo Barr.

El abuso de poder desde altos cargos siempre ha sido común en países latinoamericanos, tales como México, desde el autoritarismo de un solo partido, fraudes electorales, hasta llegar incluso a la obstrucción de la verdad sobre violaciones de Derechos Humanos perpetrados por el mismo Estado. Más allá de la corrupción como problemática central en México, está la impunidad, pues en este país el mismo presidente es intocable en todos los sentidos.

Sin embargo, hablar de abuso de poder en la casa blanca, la cuna de la democracia, no ha sido tan común. Es cierto que durante el siglo pasado, con presidentes como Nixon y Clinton, se dañó mucho la imagen perfecta de la casa blanca, pero nunca se había hablado de un presidente estadounidense sospechoso de involucrarse con un enemigo histórico del país para intervenir en sus propias elecciones. Ahora sigue esperar la reacción de la sociedad estadounidense, porque si alguien tiene el poder de hacer algo real al respecto, es la misma sociedad, si es que la democracia aún sirve de algo.

*Estudiante de Relaciones Internacionales del Tec de MTY campus Guadalajara

sofimonsep@gmail.com

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