LA BRÚJULA

La mujer en la cultura, la política y la educación

Por Heberto J. Peterson Legrand
lunes, 22 de abril de 2019 · 00:00

En nuestro México pareciera que hay un impedimento-quizá inconsciente- de que la mujer llegue a ocupar los más altos cargos de responsabilidad donde están las tomas de decisiones que afectaran el rumbo del país, los hogares mexicanos y el ámbito económico, cultural y social.

Irreversiblemente cada día las mujeres mexicanas irán ocupando esos espacios que nuestra cultura machista y ciertos círculos conservadores y algunos izquierdistas (porque no decirlo) le han obstaculizado.

Hoy en día las universidades cada día están ocupadas por un mayor número de alumnas y que además destacan por su capacidad.

Pareciera como si no hubiera modelos a seguir por ignorancia y quisiera hablar de una a quien admiro y cuyo pensamiento se adelantó a su tiempo o no se le supo comprender por los atavismos que existían.

Me refiero a Gabriela Mistral, chilena, ganadora del premio Nobel, poeta, educadora y diplomática.

Mestiza que desde muy joven amó la literatura y la educación, fue maestra muy talentosa que no fue debidamente apreciada por alguno, pero sí por otros como Pablo Neruda y José Vasconcelos quien la invitó a colaborar con él cuando era secretario de Educación en México e hizo un papel muy brillante en las misiones culturales donde se logró disminuir el analfabetismo.

Su pensamiento reivindicaba el papel de la mujer y decía que debería ser tratada igual que los varones, que tenía derecho al voto y las mismas oportunidades que el hombre para desempeñarse en el trabajo.

Me voy a los tiempos de hoy y me pregunto: ¿Qué nos pasa a los mexicanos? Y en ello estoy incluyendo a la mujer, que hemos sido incapaces hasta la fecha de reconocerle y otorgarle a la mujer esa igualdad y por otra parte veo una especie de tara mental o educativa en hombres y mujeres que no nos permite ver a una mujer en un puesto de alta responsabilidad antes citada y lo digo porque en los hechos nuestra población está compuesta de 50% mujeres y el otro 50% varones. ¿Que ni las mujeres creen en sí mismas y se convierten en uno de los principales obstáculos?

Al seleccionar candidatos no hay que irnos como borregos y caminar hacia donde el pastor nos obliga sino como seres pensantes…¿lo somos? Hacer uso de nuestra razón ver más allá de nuestras narices, ver perfiles de candidatos o candidatas y reflexionar sobre su experiencia, consistencia, congruencia, autonomía, amor al lugar, resultados logrados, carácter, decisión, visión, vida familiar, equipo con el que trabajara y un largo etcétera.

Si votamos porque nos dan una torta u otra cosa, que poco respeto nos tenemos a nosotros mismos, de todas maneras nos las seguirán dando porque el voto es secreto. Tú me das la torta o… y yo voto por quien quiero, así piensan muchos mexicanos ¿O no?

Hay mujeres que votan por quién vota el esposo. Otras ejercitando su libertad y razonando el voto lo hacen por el o la que ellas creen es la mejor opción.

¡Mujeres! Voten responsablemente. ¡Hombres! Guarden en el cajón de su buró su “machismo” y responsablemente conviértanse en ciudadanos y voten por la opción que crean mejor ¡Jóvenes! No se dejen comprar, quien se deja comprar se denigra así mismo, recuerda: El ciudadano como tú debe pensar seriamente en sus derechos pero también en sus obligaciones y en sus manos está el México que queremos, el votar no nos vuelve enemigos de nadie simplemente estamos expresando nuestra visión frente a un contendiente, un hermano, no un enemigo.


 

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