ANDANZAS ANTROPOLÓGICAS

Enredos nominales: el caso kumiay y cochimí

Por Ling. Ana Daniela Leyva González*
jueves, 25 de abril de 2019 · 00:00
En mis primeras aproximaciones al estudio de la lengua kumiay me encontré con el problema de cómo nombrar a los grupos étnicos que ocupan el territorio bajacaliforniano y a sus lenguas. El asunto es complejo, por un lado, tenemos los nombres que aparecen en las fuentes bibliográficas misionales, por otro lado, los nombres de las fuentes etnográficas desde finales del siglo XIX hasta la actualidad tanto mexicanas como estadounidenses y en tercer lugar, pero no menos importante, el nombre con el que los miembros de estos grupos étnicos se refieren a sí mismos.

Expondré con cierto detalle el caso de lengua kumiay, lo que me obligará también a hablar del cochimí. Utilizo el nombre kumiay para referirme tanto a la lengua como a los grupos indígenas asentados en las comunidades bajacalifornianas de Juntas de Nejí y zonas aledañas a Tecate, San Antonio Necua o Cañada de los Encinos, San José de la Zorra y La Huerta. Todos ellos y sus tribus hermanas en Estados Unidos recibieron el nombre de Dieguinos o Diegueños por estar bajo el territorio de la misión de San Diego.

Los nombres con los que también se han referido al grupo y sus variedades lingüísticas son kumeyaay, kumiay, kumiai; k’miai, kamia; iipay, ipay, ipai; tiipay, tipay, tipai, tipey. Alguno de los nombres son simplemente variaciones ortográficas, como los que cambian la ‘y’ por la ‘i’. Kumeyaay es el nombre con el que se autodesignan las tribus en Estados Unidos y su equivalente mexicano es kumiai o kumiay; este término o su variación k’miai parece significar ‘acantilado o barranco’, se ha dicho que se refiere a aquellos que viven en los acantilados (en la costa del pacífico del territorio californiano y bajacaliforniano).

Algunos investigadores han dicho que el tipay es una lengua distinta de la kumiay, pero no es así; digamos que el kumiay es el nombre genérico y existían, al menos, tres variantes lingüísticas claramente diferenciadas el ipay/iipay (variante dialectal hablada por las tribus kumeyaay del norte: San Paqual, Santa Ysabel, Mesa Grande, Barona, e Iñaja); el kamia (lo hablaban las tribus del este) y el tipay/tiipay hablado en Jamul, Sycuan, Viejas, La Posta, Cuyapaipe, Manzanita y Campo, en Estados Unidos y las comunidades bajacalifornianas que mencioné arriba. Tanto los vocablos ipay como tipay quieren decir ‘persona’ ‘gente’ ‘indio’ y son los que la gente utiliza para hablar de sí mismos.

Recordemos que el nombre es algo que nos ponen desde fuera, de ahí que haya tantos nombres como contactos con otros grupos, y la autodesignación en muchos pueblos indígenas es el de la palabra ‘persona’. Para distinguirse entre otros grupos indígenas ellos utilizan kumiay, así el término para la lengua al que han llegado como un acuerdo es ‘kumiay tipay aa’.

Existe otro problema que causa confusión y enredo, y es que algunos investigadores han señalado que la lengua hablada en las comunidades de La Huerta y San Antonio Necua es el cochimí.

Los nombres que recibieron las variedades lingüísticas habladas entre la misión de Loreto y la misión del Rosario cerca del paralelo 30 fueron englobados bajo el término “cochimí”, estas variedades han dejado de hablarse desde el siglo pasado e incluían al borjeño, el ignacieño, cadegomeño, didiu, laymon y monqui.

No debemos pensar en las lenguas como monolitos ni en el territorio en el que son habladas como bien delimitado, son más bien, continuos dialectales distribuidos a lo largo de un territorio con fronteras flexibles.

*Investigadora del CinahBC

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