El realismo norteamericano

Por Susana Silva Gallardo*
martes, 30 de abril de 2019 · 00:00

Recientemente, el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, nuevamente ha dado de qué hablar. Esta vez, el mandatario estadounidense se  reunió con la Asociación Nacional del Rifle, el polémico grupo que se autodenomina como una organización que protege los derechos civiles de los ciudadanos estadounidenses y que de hecho, donó alrededor de 30 millones de dólares en apoyo a la campaña presidencial de Donald Trump cuando corría por primera vez rumbo a la presidencia de Estados Unidos en 2016.

En la reunión que se llevó a cabo en Indianápolis el viernes pasado, Trump afirmó ante los miembros y personas que apoyan a la NRA (por sus siglas en inglés), que le pediría al Congreso de los Estados Unidos para que se evitara la ratificación del Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas, el cual ha sido patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas y que Barack Obama, el ex-presidente de Estados Unidos, firmó en 2013.

Respecto a la postura que ha adoptado Trump en cuanto al ya mencionado tratado internacional es que, en un discurso que se asemeja al que ha adoptado en otras ocasiones la Asociación Nacional del Rifle respecto a la regulación de venta y portación de armas al interior de Estados Unidos, es que el tratado internacional que ya se había firmado atenta contra la soberanía de Estados Unidos, pues considera que el objetivo de dicho tratado se antepone a la Segunda Enmienda de la Constitución estadounidense que tantas veces ha sido convocada por grupos como la NRA.

La Segunda Enmienda reconoce a los ciudadanos estadounidenses su derecho a la posesión y portación de armas, un derecho que ni el gobierno federal ni los gobiernos estatales o locales pueden vulnerar. Bien pues, el Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas tiene como fin que, entre los países firmantes, se pueda regular la venta no solo de armas cortas, sino además de otro tipo de equipo de la industria armamentística como aviones de combate, misiles, helicópteros y tanques, municiones y demás armas convencionales.

De acuerdo con el Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas, la regulación de este tipo de equipo armamentístico y militar es para asegurar que en el caso de que suceda un intercambio de este tipo de armas y equipos, los mismos no puedan llegar a ser utilizados para llevar a cabo genocidios o crímenes de guerra contra las poblaciones de dichos países.

Esta postura, aunada a la que se adoptó respecto al Tratado Nuclear que se había acordado no hace mucho con Irán, donde recientemente el gobierno estadounidense una vez más decidió retirarse, suman a la postura aislacionista respecto a la comunidad internacional que parece empezar a tomar, con cada vez mayor frecuencia, el presidente Trump.

Esto nos puede referir entonces a un discurso que parece tener marcados tintes de un realismo ofensivo, según la teoría de las Relaciones Internacionales, donde el Estado, en este caso Estados Unidos, desconfía en gran parte de los demás países que conforman el escenario internacional, busca la acumulación del poder, sobretodo comercial y militar y defiende como factor de vital importancia, la soberanía del propio Estado. Lo que debería hacer que nos preguntemos, ¿cuál será la siguiente acción del gobierno estadounidense?

 

*Estudiante de Relaciones Internacionales del TEC de MTY campus Guadalajara

susanasilvag96@hotmail.com

 

 

 

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