LA CARROCA

Capirotada

Por Soraya Valencia Mayoral
sábado, 6 de abril de 2019 · 00:00
Ya llegó abril, ya llegó abril, decían aquellos versos que aprendimos en la primaria. Y se nota. Los días con más luz, la primavera luciendo sus colores, los pájaros cantando y las nuevas crías gorjeando antes que aclare. Eso de tener árboles cercanos es una maravilla. Por lo menos sigue siendo parte del ambiente de nuestra ciudad tan llena de gracia y de desgracias. Pareciera que pasó la peste, con las calles deshechas, los tiraderos de aguas negras y blancas, las montañas de basura en las esquinas. Ayer nos visitó el camión recolector del municipio. Salí muy modosita y esperé a que los señores me ayudaran porque ya vio como me fue la última vez que salí corriendo como espantapájaros para sacar los bultos que reposaban en la casa del perro.

Igual que la ocasión anterior los mensajes por Whatsapp avisaron del gran acontecimiento. Ahora va por la calle tal. Y a correr con el mugrero. Qué tiempos aquellos cuando el servicio de recolección pasaba cada semana y teníamos los botes fuera de casa sin temor de que hasta eso robaran. Les contaremos a los nietos que hubo un tiempo que así fueron las cosas en nuestra ciudad. Qué cuentos de Andersen ni de los hermanos Grimm. Sonará a fantasía pura. Será parte de las leyendas.

Y otro tema para la leyenda dorada: el agua. Nunca suficiente pero jamás tan escasa. Recuerde que ya viene la semana santa y lo más probable es que nos quedemos con las tuberías llenas de aire. Hay que reservar lo que se pueda porque con todo y la larga temporada de lluvias seguiremos en las mismas. Y el agua de la presa no creo que nos saque del apuro. Ha circulado por las redes sociales un video sobre un vertedero de aguas negras que tiene como tres meses descargando precisamente en la presa. Usted dirá.

Y para cerrar con broche de oro el tercer cuento de hadas versará sobre aquellos ayeres cuando dormíamos con las ventanas abiertas: la seguridad. Los vecinos no se la acaban con los malandros que se llevan lo que pueden. Que si la droga, la banda, la mala sangre.

Claro, si hubiera trabajo digno y bien remunerado buena parte de la raza no saldría a jugársela por la vía rápida. Pero no hay trabajo, no hay dinero, no hay comida, no hay nada. Además el trabajo dignifica y da esperanza. Y nada de eso se ve a corto plazo. A final de cuentas el origen de todas las lacras está en la terrible pobreza, la gran plaga que azota a la mayoría de los habitantes de este país y a la que le sacan jugo cada que hay elecciones.

Así que quien llegue a la presidencia municipal se va a sacar la rifa del tigre. No sabría si felicitarle o darle mis condolencias. Ya empezaron las campañas y espero que ya no se tiren con lodo y presenten propuestas hechas con los pies en la tierra y no prometan pavimentar las calles con pura capirotada - me recuerda a una canción de Pánfilo - con tal de ganar o comprar votos. Tenemos tiempo para razonar y decidir por quién o por qué vamos a votar. Lo importante es que ejerzamos nuestro derecho. Ya tuvimos la experiencia del poder que tiene el voto de cada ciudadano. Feliz fin de semana y disfrute de la capirotada. Vale.

*La autora es mujer de letras sacras y profanas

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