BARÓMETRO POLÍTICO
La paradoja americana
Por Susana Silva Gallardo*
Las amenazas respecto a políticas más duras en materia de migración así como la creación de un muro que separe de manera efectiva el territorio estadounidense al de México para detener el paso de migrantes, han sido una de las promesas de campaña que le dieron mayor relevancia a Donald Trump en las elecciones presidenciales en 2016. Nuevamente, Trump ha tomado las redes sociales para sembrar polémica respecto al tema de la construcción del muro. En una visita que hizo a Caléxico, una de las ciudades fronterizas del Estado de California, Trump supervisó la conclusión de la construcción de un tramo del muro, aprovechando la oportunidad para referirse a la situación de migración que experimentan ambos países.
De acuerdo con la postura de Donald Trump, congruente con declaraciones que realizó incluso desde antes de empezar oficialmente su campaña presidencial, el ahora presidente de Estados Unidos manifestó la creencia de que México no hace lo suficiente para detener lo que él llama una “crisis de migración”. Esto concuerda con una postura de política exterior que ha adoptado el gobierno de Estados Unidos en los últimos años, que básicamente consiste en un desplazamiento imaginario de la frontera EU-México hasta la frontera sur de México con los países del Triángulo Norte de Centroamérica.
Es por eso que Donald Trump ha denunciado múltiples veces que las autoridades mexicanas se niegan a cooperar con su gobierno para detener no solamente el flujo migratorio que proviene desde Centroamérica, sino también el tráfico de drogas. Por ello, en la visita en Calexico, tomó la oportunidad para enviar un mensaje al gobierno mexicano, pues señaló que en caso de que la situación de migración y drogas permanezca igual, entonces el gobierno de Estados Unidos impondrá aranceles del 25% a la industria automotriz mexicana e incluso, amenazó con cerrar la frontera, además de dar a entender que podría implementar sanciones económicas a México en un futuro próximo.
Lo que entonces parece paradójico de las declaraciones de Donald Trump, es el intento de su gobierno por llamar a la situación una emergencia nacional. Si bien existe un aumento en el flujo migratorio desde países centroamericanos, cruzando todo México y hasta la frontera con Estados Unidos, no se debe de obviar el hecho de que esta situación se ha producido principalmente a partir de la situación de violencia que se vive en los países expulsores de migrantes.
La situación de pobreza y la crisis de democracia e inestabilidad política de estos países tienen un anclaje histórico en décadas de intervencionismo militar estadounidense en los países del Triángulo Norte de Centroamérica, además de la presión comercial de Estados Unidos y las medidas de liberalización de mercado que ha llevado a estos países a firmar tratados de libre comercio que más bien han beneficiado la entrada de productos estadounidenses a los mercados centroamericanos, dejando poco espacio para la competencia de la industria local.
Ciertamente, una postura más coherente por parte del mandatario estadounidense sería abstenerse de utilizar la amenaza para llevar la política exterior del país, recurriendo entonces al diálogo y la creación de alianzas de cooperación que permitan abarcar el problema de la migración desde la raíz, es decir, apoyando a los países centroamericanos para mejorar las condiciones políticas y sociales.
*Estudiante de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey campus Guadalajara
De acuerdo con la postura de Donald Trump, congruente con declaraciones que realizó incluso desde antes de empezar oficialmente su campaña presidencial, el ahora presidente de Estados Unidos manifestó la creencia de que México no hace lo suficiente para detener lo que él llama una “crisis de migración”. Esto concuerda con una postura de política exterior que ha adoptado el gobierno de Estados Unidos en los últimos años, que básicamente consiste en un desplazamiento imaginario de la frontera EU-México hasta la frontera sur de México con los países del Triángulo Norte de Centroamérica.
Es por eso que Donald Trump ha denunciado múltiples veces que las autoridades mexicanas se niegan a cooperar con su gobierno para detener no solamente el flujo migratorio que proviene desde Centroamérica, sino también el tráfico de drogas. Por ello, en la visita en Calexico, tomó la oportunidad para enviar un mensaje al gobierno mexicano, pues señaló que en caso de que la situación de migración y drogas permanezca igual, entonces el gobierno de Estados Unidos impondrá aranceles del 25% a la industria automotriz mexicana e incluso, amenazó con cerrar la frontera, además de dar a entender que podría implementar sanciones económicas a México en un futuro próximo.
Lo que entonces parece paradójico de las declaraciones de Donald Trump, es el intento de su gobierno por llamar a la situación una emergencia nacional. Si bien existe un aumento en el flujo migratorio desde países centroamericanos, cruzando todo México y hasta la frontera con Estados Unidos, no se debe de obviar el hecho de que esta situación se ha producido principalmente a partir de la situación de violencia que se vive en los países expulsores de migrantes.
La situación de pobreza y la crisis de democracia e inestabilidad política de estos países tienen un anclaje histórico en décadas de intervencionismo militar estadounidense en los países del Triángulo Norte de Centroamérica, además de la presión comercial de Estados Unidos y las medidas de liberalización de mercado que ha llevado a estos países a firmar tratados de libre comercio que más bien han beneficiado la entrada de productos estadounidenses a los mercados centroamericanos, dejando poco espacio para la competencia de la industria local.
Ciertamente, una postura más coherente por parte del mandatario estadounidense sería abstenerse de utilizar la amenaza para llevar la política exterior del país, recurriendo entonces al diálogo y la creación de alianzas de cooperación que permitan abarcar el problema de la migración desde la raíz, es decir, apoyando a los países centroamericanos para mejorar las condiciones políticas y sociales.
*Estudiante de Relaciones Internacionales del Tec de Monterrey campus Guadalajara
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