ATERRIZAJES

La pobreza de ideas

Por Adán Echeverría
martes, 9 de abril de 2019 · 00:00
¿Seguiremos cayendo en la polarización de ideas que Andrés pretende? ¿Cómo te sientes al defender hasta el insulto a una persona que ni siquiera sabe de tu existencia? ¿Acaso en verdad crees que no mereces pensar por ti mismo? Ya es tiempo de que abras los ojos. No hay ningún partido político que valga la pena en México. Y Andrés no representa nada diferente. ¿Acaso no te das cuenta?

Recientemente, en uno de sus acostumbrados mítines de fin de semana, demostró sus ámpulas de megalomanía que están ya dentro de su cabecita loca. Se atrevió a preguntarle a los ahí reunidos: “¿Quieren que yo le contesté a Trump? Alcen la mano los que quieren que no le conteste y que sea prudente”. Algunas de esas personas, todas llevadas ahí por el partido Morena, todos invitados, acarreados, por quienes organizan semana a semana sus mítines de la continua campaña. Esas personas levantaron la mano, y todos tuvimos la oportunidad de escuchar que Andrés dijo: “Ése es mi pueblo”.

¡Por dios! No podía dejar de reírme. Primero quise estar seguro de que había escuchado bien, y volví a escuchar la grabación. Sí, efectivamente. Andrés cree que las personas son suyas. Cree que él mismo es México. Qué pena sentí por este personaje. Andrés está loco, no hay manera ya de justificar lo que dice, el señor padece una enfermedad mental. Un día antes lo había escuchado decirle a una “periodista” que acusaba a Isabel Miranda de Wallace: “Le voy a decir a Alejandro Encinas que te atienda, para llevar a cabo tu denuncia. Esto es muy grave”.

Porque muchas personas, muchos de sus fanáticos, en verdad creen que Andrés es algo así como El Rey Salomón, y hay que ir con él para atender todos los problemas de injusticia del país. ¿Acaso creen que ya no existe el Estado de Derecho en México, que no hay ministerios públicos, jueces, magistrados, policías? ¿Acaso así es como va a ser el resto del sexenio? ¿Para obtener justicia tenemos que llegar hasta Andrés? ¿Y acaso desde su trono mental, aquel personaje nos escuchará y en su enorme sabiduría, juzgará quiénes son buenos y malos?

Andrés está muy enfermo. Y no ayuda en nada la mujer que lo acompaña. La Primera Doctora del país actúa de la misma forma, sólo hay que mirar los videos, solo hay que leer lo que escribe, verla actuar, es una mujer con graves problemas de personalidad, y juntos, la pareja presidencial logrará lo que jamás ha pasado en este país, que todos juntos acabemos muriéndonos de la risa con cada una de sus locas acciones.

Este país no tiene ruta. Andrés cada día sorprende más con sus actitudes megalomaniacas. Con su violación a la ley, con los insultos a la prensa y a sus adversarios o comparando a los pobres con “animales” que necesitan estar bajo su ala protectora. El discurso en que Andrés está cayendo cada mañana es cada vez peor. Los mismos periodistas empiezan a sacar las preguntas incómodas; e incluso en sus conferencias mañaneras pueden crear temas a modo, temas actuados, como la participación de Guadalupe Lizárraga, para acusar a detractores de Andrés o enemigos de Alejandro Encinas y mantener esos inventos en contra de Isabel Miranda de Wallace, quien años atrás fuera incluso candidata a gobernar la Ciudad de México por un partido distinto al de Andrés.

La pobreza de ideas es alarmante en un Andrés que luego de 18 años en campaña no puede hacer otra cosa que seguir polarizando al país, regalando la economía, las tierras, los empleos, a empresas extranjeras, por adjudicaciones directas.

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