DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Mariposas y trastornos digestivos

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 16 de mayo de 2019 · 00:00
Los trastornos digestivos son amplios y variados, complejos en su estudio, causa frecuente de dolor abdominal entre otros muy variados síntomas que suelen acompañarles, los cuales pueden ser manifestación de diversas enfermedades o simplemente caer en la categoría de: funcionales. Debido a su complejidad un grupo de expertos en gastroenterología y otras ciencias afines, se reunieron por primera vez en 1992 en Roma y publicaron un documento de consenso llamado: Criterios de Roma de Trastornos Funcionales Digestivos (TFD), siendo su CUARTA y más reciente reunión, mayo 2017.

Es ampliamente conocido desde hace muchas décadas que el Sistema Digestivo tiene un intrincado sistema neurológico, el cual toma asiento desde el esófago, estómago, intestino delgado y colon. Es una red de neuronas, neurotransmisores y proteínas que transmiten mensajes entre ellas, que mantienen comunicación con el Cerebro Central, formando un circuito complejo que le permite actuar de forma independiente, aprender, recordar y producir sensaciones viscerales, gestadas, tanto en el intestino como en el cerebro.

En 1996 el Dr. Michael Gershon, profesor de anatomía y biología celular en el Columbia-Presbyterian Medical Center en Nueva York, documentó científicamente la fuerte relación “funcional” existente entre ambos sistemas nerviosos: el central y el enteral, a lo que llamó, El Cerebro del Intestino.

Durante años, se les dijo a muchos pacientes que tenían úlceras, problemas para tragar o dolor abdominal crónico y que sus problemas eran imaginarios, emocionales, convirtiéndose sencillamente, en todo un dolor de cabeza.

El cerebro y el intestino desempeñan un papel importante en la felicidad y las miserias humanas y al igual que los gemelos siameses, los dos cerebros están interconectados: “cuando uno se enoja, el otro también, me enojo y me duele la panza, del coraje se me cierra el estómago”. ¿Quién no ha sentido mariposas en el estómago ante un enamoramiento o hablar en público? ¿Sensación o diarrea ante un examen o entrevista de trabajo? ¿Y por qué los psicotrópicos u otros fármacos neurológicos causan náuseas o malestar abdominal en millones de personas que los usan?

Así como hay enfermedades de la mente que enferman al cuerpo (psicosomáticas) también existen el reverso: enfermedades del cuerpo que afectan a la mente (somatopsíquicas), de igual forma, el Sistema Nervioso Intestinal puede enfermar al Sistema Nervioso Central o viceversa.

Desde el punto de vista evolutivo, el sistema nervioso intestinal es mucho más antiguo que el central (Dr. David Wingate, profesor de ciencias gastrointestinales en la Universidad de Londres y consultor en el Royal London Hospital) y al ir adquiriendo las especies evolutivas, nuevas y más complejas funciones, seguramente se fue diseñando el mantener ambos sistemas aparte y por supuesto, sin perder la comunicación ni su independencia.

En la nueva clasificación de los Trastornos Funcionales Digestivos (TFD) de Roma IV se incluyen 8 categorías, a saber: 1) trastornos esofágicos; 2) trastornos gastroduodenales; 3) trastornos intestinales; 4) dolor gastrointestinal de los trastornos mediados centralmente; 5) trastornos del esfínter y de la vesícula biliar; 6) trastornos anorrectales; 7) trastornos funcionales gastrointestinales de la infancia, y 8) trastornos funcionales gastrointestinales de la adolescencia. Donde la sintomatología es amplia y muy diversa, la cual, en manos de un profesional mal preparado, poco actualizado o escéptico, las consecuencias de un mal entendimiento del cuadro sintomático ocasionarán una muy tórpida evolución, gastos innecesarios y complicaciones. No ha sido nada raro que operen de apendicitis o laparotomía exploratoria a pacientes sin requerirlas y por el otro lado, una apendicitis aguda tardíamente diagnosticada, terminará con perforación y peritonitis con consecuencias funestas.

Muchos de los pacientes con esta gama de TFD han trascurrido por muy diversos consultorios e instituciones y habiendo recibido tratamiento farmacológico, variados, costosos y no exentos de riesgos.

La génesis de los TFD puede ser múltiple y variada, sin embargo, la triada que incansablemente repetiré aunque muchos de mis amigos se enojen: Nacimiento por cesárea, ausencia o escases de Lactancia Materna y abuso de antibióticos, cada vez cobran más importancia en los trastornos digestivos y si aunado a eso, nuestros estilos de vida no muy sanos y sazonados con unas buenas dosis de estrés, la respuesta de nuestro sistema digestivo gritará por ayuda en muy diversas formas.

Recordemos el viejo adagio: Dios perdona siempre, los padres casi siempre, la pareja casi nunca y el cuerpo NUNCA, tarde que temprano nos cobrará su factura

*Coordinador Relaciones Públicas del Consejo Nacional de Lactancia Materna, A. C.

sicardi53@gmail.com

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