LA BUFADORA

¿Ciudadanos o habitantes?

Por El Mosquito
jueves, 6 de junio de 2019 · 00:00

Elegir a nuestros gobernantes a través del sufragio es un derecho, y a pesar de que en este país casi todos los ciudadanos cuentan con su credencial para votar con fotografía, la mayoría la utiliza como identificación para realizar otros trámites, menos para lo que dicha mica fue creada.

Desde el fraude electoral que se perpetró desde el gobierno en los comicios federales presidenciales de 1988, cuando “se cayó el sistema”, por presiones internas y del extranjero, los mexicanos construimos un sistema electoral independiente, y Baja California fue el laboratorio, porque se convirtió en la primera entidad en contar con una credencial para votar con fotografía (1992), y en utilizar listados nominales con imagen y urnas transparentes en las casillas, además de ciudadanizar las instituciones electorales. Y todo esto se replicó en el país en las votaciones presidenciales de 1994. Así que llevamos más de 25 años organizando jornadas con tranquilidad y transparencia, pero cuando la afluencia de votantes es baja, no sólo los candidatos electos asumen sus cargos con escaso respaldo social, sino que se generan problemas de gobernabilidad. ¿Por qué las personas en edad de votar se desencantaron de nuestra democracia representativa?, ¿cuáles son las verdaderas causas del abstencionismo? Tales preguntas ya tendrían respuesta desde hace bastante tiempo si los partidos políticos de más antigüedad se hubieran profesionalizado e invertido parte del millonario financiamiento que les otorgan en consolidar sus áreas de organización electoral, dado que disponen de los listados nominales con imagen, que les permite conocer el nombre, sexo, edad y dirección de los ciudadanos que no fueron a votar. ¿Por qué no les han ido a preguntar el motivo de su desinterés?

Los números
En los seis estados donde se realizaron elecciones el domingo pasado, entre ellos Baja California, el abstencionismo fue el protagonista: en algunas entidades llegó a 77.9 por ciento.

Consejeros electorales y académicos atribuyeron la baja participación a que supuestamente la oferta de partidos políticos y candidatos no atrae a los ciudadanos.

“Es necesario que los partidos políticos y los candidatos replanteen las formas en las cuales se acercan a los ciudadanos para concitar su voto.

“Deben tener una promoción de candidaturas y del voto más eficaces, con mensajes más llamativos, porque muchos de los spots son dedicados a la campaña negra y mucha gente está cansada de eso, hay pocas propuestas en los mensajes y muchas descalificaciones”, señaló Marco Antonio Baños, consejero del INE.

En Puebla, en la elección de 2018 acudió a votar 68 por ciento de los poblanos, pero el domingo pasado la cifra se revirtió: 66 por ciento desairó la elección.

En 2010, cuando ganó por primera vez el PAN en esa entidad, el abstencionismo fue de 43 por ciento, y seis años después creció a 56 por ciento.

Para el consejero electoral Ciro Murayama, los poblanos están desgastados, pues en tres años tuvieron igual número de elecciones para gobernador.

Baja California es una entidad con baja participación en las elecciones locales desde 1995. Por ejemplo, en la de gobernador en 2013, sólo votó 39 por ciento de los ciudadanos, y el domingo acudió a las urnas 29.5 por ciento, es decir, la abstención fue de 70.5 por ciento, promedio que se mantiene desde hace 24 años.

En el municipio más poblado, Tijuana, la apatía llegó a 72 por ciento.

“Es culpa de los partidos por su desgaste y escasas propuestas, principalmente hacia jóvenes, además de que las autoridades electorales no generan efectivas campañas de inclusión y motivación.

“En Tijuana, el factor es que cerca del 60 por ciento de su población es migrante, tanto de otros países como de otros estados”, indicó José María Ramos, investigador del Colegio de la Frontera Norte.

Y en Quintana Roo, donde se renovó el Congreso, se registró un abstencionismo de 77.9 por ciento; en su elección anterior, en 2016, en la que también se eligió gobernador, el desaire fue de 46 por ciento.

En tanto, en Aguascalientes, donde se eligió a 11 alcaldes, el abstencionismo se ubicó entre 45 y 50 por ciento en comicios anteriores, pero en esta ocasión llegó a 61 por ciento.

En Durango se renovaron 39 ayuntamientos, y la abstención se ubicó en 54 por ciento, cuando en 2016 fue de 43 por ciento; mientras que en la elección al Congreso en Tamaulipas, la falta de interés pasó de 39 por ciento en 2018, a 66.9 por ciento el domingo.

“El abstencionismo es un fenómeno multifactorial. Probablemente la oferta política que los partidos y candidatos presentaron a la ciudadanía no resultó atractiva, no es un asunto que tenga que ver con la organización de la elección”, dijo Lorenzo Córdova, presidente del INE.
 

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