LA TURICATA

El cine nacional II

Por José Carrillo Cedillo
sábado, 27 de julio de 2019 · 00:00

El destape en el cine europeo tomó de sorpresa al nuestro, al inundarnos con películas con bellas mujeres desnudas de la cintura para arriba. Recuerdo una de nacionalidad francesa que lleva como título Las Tentadoras, que con un pequeño pretexto dentro del guión, se presentan durante casi toda la cinta, decenas de mujeres desnudas, después vino BB y muchas otras, con lo que las salas de cine estaban abarrotadas de adolescentes y muchos ya creciditos, todos babeando. La primera actriz que se desnudó en una película mexicana fue Ana Luisa Pelufo, y le siguieron muchas más. Entre ellas la bella Columba Domínguez, dirigida por su esposo, Emilio “Indio” Fernández, director de mucha personalidad. De él recuerdo una anécdota picaresca:

Inmersa en la nota roja de un periódico, cierto día se publicó que en la casa del “Indio”, tardeaba un numeroso grupo de sus amigos y al calor de los alcoholes, surgió una discusión entre el señor de la casa y un invitado que había dicho que no le gustaba cierta secuencia de una de sus obras, pasaron de los gritos a los empujones, y el “Indio” fue por una pistola y disparó entre las sombras de la calle, al tipo que corría a ponerse a salvo.

Al otro día, Emilio García Riera, crítico de cine, escribió en su diaria columna: He leído con mucho interés la nota de lo sucedido en casa del “Indio”, por lo que, en este momento, antes de que algo suceda, me declaro públicamente, el más ferviente y más grande admirador, pasado, presente y futuro, del cine de don Emilio “Indio” Fernández.

Como si fuera el otro lado de la luna, están las películas de El Santo “el enmascarado de plata”, que reinaban en la taquilla, lo que le permitía invitar a sus cuates luchadores como extras de sus variadas aventuras, fueron en total 52, en las que combatió contra monstruos, fantasmas, marcianos, momias zombis, hombres lobos y más malosos que supuestamente representaban la gran amenaza. Fue tal su éxito, que invitaron al demonio azul: el manotas, a que le hiciera pareja, además a casi todos los luchadores en activo en ese momento. Pero, cómo olvidar aquella cinta en que aborda junto a numerosos soldados un avión donde luce el casco del ejército, sobre su plateada máscara… imagen de un surrealismo involuntario.

Rememorando tantos churros, recuerdo uno donde la protagonista, una joven de clase media-baja, conoce en una fiesta estudiantil a un junior que termina invitándola a visitar su departamento de soltero. Ella termina aceptando y llegan al departamento que luce finamente amueblado y el joven empieza a presumir sus riquezas tratando de impresionar a la chica, la cual lejos de ello empieza a arrugar la nariz y en son de reclamo le dice: “uy sí, mira cuánta cosa que te sobra, ¡mira cuánto lujo! ¡Debería darte vergüenza! con tanto pobre que hay y tu dándote la gran vida, deberías…”.

Y él, exasperado le grita… ¡bueno, ya! ¿Qué?, ¿eres socialista?

Y ella le contesta, candorosamente: no, soy chiapaneca…

jcarrillocedillo@hotmail.com

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