LA VERDAD SEA DICHA

¿Por qué está quebrado el Ayuntamiento?

Por Guillermo Hurtado Aviña
martes, 13 de agosto de 2019 · 00:00
Se ha dicho que la deuda que tiene el Ayuntamiento de Ensenada con diferentes acreedores es alrededor de dos mil millones de pesos, pero lo que no se ha dicho nunca es por qué se debe esa cantidad.

Fue del conocimiento público que debido a una diferencia muy seria habida entre el gobernador Sánchez Díaz y el presidente municipal Silva Cota, que no tiene caso señalar cuál fue, el primero le cerró la llave al segundo, de tal manera que el presidente sufrió lo indecible en cuestión de finanzas, lo que le impidió pagar los sueldos, principalmente el de los policías, y pagar la luz del palacio municipal dejándolo, consecuentemente, a oscuras.

Lo sucedió Octavio Pérez Pazuengo, un hombre extremadamente ordenado que, seguramente con la ayuda del gobernador Milton Castellanos, dejó totalmente pagadas las deudas del Ayuntamiento, lo que permitió a Jorge Moreno Bonet, el siguiente presidente, hacer obras importantes, como la construcción de las oficinas de las delegaciones, con sus parques enfrente.

Después no se sabe qué pasó, lo cierto es que las finanzas empezaron a escasear. Una posible causa que recuerdo, es el hecho de que Daniel Quintero basificó días antes de terminar su trienio como a doscientos trabajadores de confianza, seguramente, se dijo en ese tiempo, para crearle un problema a Jorge Catalán Sosa (+), presidente panista. Catalán hizo unos movimientos medio raros, sacó a unos que estaban dentro y metió a otros que estaban fuera.

Tal vez ahí empezó la cuestión, no estoy seguro, lo cierto es que poco a poco, mejor dicho, de mucho a mucho, se empezó a saber que el Ayuntamiento trienio tras trienio se hundía en su pobreza.

Una verdad de a kilo es que hubo una irresponsabilidad en todos los presidentes, con excepción de los primeros que mencioné, ningún presidente ha sido capaz de denunciar penal o administrativamente a quien sale con cuentas mochas, seguramente para que a él su sucesor le perdone sus pecados. Una vez Enrique Pelayo Torres dijo que Pablo Alejo López Núñez le había dejado muchos problemas; el periodista que recibió esa declaración de Enrique, fue con López Núñez y le preguntó qué contestaba a lo dicho por el nuevo presidente, y dijo: “que no se queje, que resuelva esos problemas”. Y ahí quedó la cosa, no pasó nada.

Ningún presidente ha dicho por qué se le debe a la CESPE y al ISSSTECALI, entre otros. Por qué no han entregado al ISSSTECALI el dinero que reciben de los trabajadores, si saben que no deben disponer de esas cuotas para ningún fin.

Ese proceder entraña un delito que ningún presidente se ha atrevido a denunciar, convirtiéndose por esa omisión en cómplices. ¿Será acaso porque se tapan con la misma cobija?

Pero también habrá que preguntar por qué la CESPE y el ISSSTECALI han dejado acumular ese adeudo cuyo pago les resulta vital.

Siempre he dicho que los presidentes gastan en cosas que no le corresponden, por ejemplo, el que presidía pero no mandaba, Gilberto Hirata Chico, a quien le quedó grande el cargo, siempre se quejaba de que no tenía dinero, que estaba muy pobre el Ayuntamiento, sin embargo, al salir repartió dinero a manos llenas, pagó a varios de sus consentidos cuatrocientos y quinientos y tantos miles de pesos. ¡Así cómo, pues!

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