ATERRIZAJES

La demencia presidencial

Por Adán Echeverría
martes, 10 de septiembre de 2019 · 00:00
Abre hoy cualquier periódico, el que quieras. Te reto a hacerlo. Abre un periódico y revisa cualquiera de los titulares de las noticias nacionales. Verás como al leer algunos sentirás que el IQ que mide tu inteligencia comenzará a descender. Lánzalo a un lado, y vuelve a un libro de política de Charles Tilly.

Lo quieras o no, ridiculez, payasadas, bromas ramplonas, son las palabras que encontrarás. Palabras como Fuchi, Guácala. Así como lo lees. Eso es lo que te encontrarás. Porque el personaje que dice ser el Presidente de México, cree que los mexicanos están hechos unos estúpidos, y que deben reír con sus ocurrencias. Cree y espera que 30 millones que votaron por él lo hagan. Ahí van como personajes clonados de los Hermanos Lelos, aquellos personajes que interpretaban Los Polivoces en los años 70 del siglo XX. Con estas palabras amanecen los periódicos nacionales.

El nivel de discusión, el nivel de conocimiento de los que hacen periódicos a lo largo y ancho de este hermoso país que es México, tuvo que ceder ante la presión y tener que escribir en sus primeras planas tales palabras. No se habló de ciencia, presupuestos, materias económicas, estrategias de seguridad.

Definitivamente no se filosofó ni se debatió acerca de temas importantes como ¿Qué es lo que ocasiona tanta violencia? Hombres golpeando mujeres, drogadictos asesinando ancianos, hombres de fe violentando la infancia de niños y niñas, grupos de terror secuestrando juventudeEste es el estado de cosas que Andrés y sus secuaces buscan de México, un México ya no solo creciendo de fanáticos sino un México llenándose de estúpidos (pobres y estúpidos), un México de dementes, de ignorantes que puedan disfrutar de las payasadas y la irresponsabilidad que este personaje ostenta como su gran bandera por todo el país. Ignorantes a los que el crimen les entrega armas. ¿Lo que hacen y harán con dichas armas? No importan que los integrantes de su partido quieran violentar la Ley, los payasos se repiten en Morena y son capaces de decir, como Mario Delgado: “cada quien es libre de autoproclamarse lo que sea; si Porfirio se autoproclama Batman, yo seré Robin”. Porque para los payasos y los bufones que llevan a México al despeñadero, la prensa, toda la prensa, todos los periodistas son personajes de los que se pueden burlar todo el día, puesto que solamente persiguen los presupuestos que les terminarán lanzando como migajas si se portan bien. Mario Delgado incluso se atreve a afirmar: “vamos a respetar la Ley”. ¡Vaya, menos mal que la van a respetar!

Uno se queda con el ojo cuadrado ante tanta idiotez. ¿Es en serio? Tienen que decir que van a respetar la ley; acaso lo que es ley no debe respetarse per se, sobre todo por los diputados que son quienes las proponen y discuten. En el país de locos, el torpe es Rey, y así es como seguirán caminando unos y otros en esta ir y venir. Los periódicos –incluso- con ese afán de cuadrarse ante el gobierno publicaron titulares que decían: “Morena cede la presidencia al PAN”, pero ¿qué cosas? No mis señoritos. La ley entregaba la presidencia a la segunda mayoría, que actualmente es el PAN. No cedieron nada, simplemente no les correspondía. Los de Morena, por instrucciones de Delgado, Padierna, y claro, del senador Monreal que quiere todo trastocarlo con su corrupción, pensaron en robarse la elección de la presidencia de la cámara. Monreal ya lo había hecho en el Senado, embarazando las urnas para quitar a Martí Batres. Si Monreal puede convertirse de manera inmediata en Enemigo Interno, porque no –con base en arreglitos y prebendas- hacer que el cachorro Mario Delgado haga lo mismo en la Cámara de Diputados. La renuncia de Porfirio Muñoz impidió dicho atraco. Se respetó lo escrito en Ley, y el PAN ha podido ostentar la Presidencia de la Cámara. Tampoco quiere decir que sea bueno, la realidad es que de ninguno de todos los senadores y diputados hacemos un solo Pensador Mexicano, siquiera un Ciudadano que sea digno de respetarse. Pues todos ellos son los que aplauden, vitorean todas las ridículas payasadas de Andrés. O se insultan de lo más vulgar en sus curules en la Cámara, como los ignorantes que son. Es en esta su actitud de payaso o de demente que los de Morena construyen México.

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