DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Cuando el sarampión toca a tu puerta

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 12 de septiembre de 2019 · 00:00
Las enfermedades re-emergentes son una espina irritativa para la ciencia médica, desde aquellas trasmitidas por los tan temidos mosquitos, que para muchos, son los principales depredadores del hombre, casi tanto o más terribles que el mismo hombre, ellos son los trasmisores de múltiples enfermedades, entre las que se suman: paludismo, fiebre amarilla, dengue, chikungunya, zika y otras muchas más que no vale la pena engrosar la lista de preocupaciones de los que no saben, ya que la ocupación de quienes sí saben y en su sano hacer, mucho trabajan por lograr entender y elaborar las tan necesarias vacunas encaminadas para erradicarles.

La historia nos muestra que en los últimos tres siglos, muchas mentes brillantes lograron deducir y demostrar el origen y causa de diversas enfermedades, y en casi todos los casos, obsequiaron a la humanidad con sus hallazgos. Antes de ellos, hubieron muchos locos, catalogados como tal por el pensamiento mágico y religioso de sus épocas y seguramente murieron en la hoguera y desmembrados por la hegemonía de la diada Iglesia-Estado y sus brillantes estudios nunca rindieron el fruto merecido y murieron en el olvido y el demérito.

Aun hoy, priva y en muchos, el pensamiento mágico-religioso, tan es así, que algunos padres dejan en manos de Dios la prevención de las enfermedades prevenibles por vacunación, esto ha propiciado que algunos países desarrollados ya están aplicando multas a aquellos padres que no cumplen con las recomendaciones oficiales y esto es lógico, las negligencias de ellos costarán caro y muy caro en el caso de que aquellas inocentes víctimas sean presa de tan temibles y evitables enfermedades.

Poliomielitis, tosferina, paperas, difteria, sarampión y otras, hoy amenazan con volver, todas ellas perfectamente evitables por vacunación, pero aquellos enemigos de la salud, los indolentes grupos “antivacunas” se encargan de desvirtuarlas con argumentos ficticios, los cuales están basados en los vicios que hoy día mucha gente acostumbra: creer todo lo que leen en redes sociales sin constatar la fuente y mucho menos investigando otras. Eso está propiciando el resurgimiento de enfermedades que estaban casi a punto de erradicarse, hoy amenazan con volver, y de ellas, el tan temible y devastador SARAMPIÓN ya nos está tocando a la puerta.

Recientemente, el Instituto Nacional de Salud publicó sus datos más actuales con “ocho” casos de sarampión en México, de los cuales, cuatro se han documentado como importados, tres asociados a importación y uno en estudio. Ante tales evidencias, se estima que entre noviembre y diciembre, el sarampión ya estará dentro de casa, lo que quiere decir que tendremos casos propios, ya no importados, sino gestados en nuestro territorio y por supuesto, se esperan, no pocos, sino un titipuchal de casos.

Unos días atrás, la Secretaría de Salud del Estado de Tabasco informó que no tendrán vacunas por el resto del año contra Tuberculosis, Difteria, Tosferina y Tétanos; de Sarampión, probablemente hasta diciembre, lo cual seguramente no sucederá, ya que habrá carencia nacional.

Hace unos días, una pareja muy sensata que está por viajar a Europa, acudió con su bebé de menos de un año y preguntaron si era prudente que recibiera anticipadamente la vacuna antisarampionosa, ese actuar es totalmente congruente a nuestra época, el ser reflexivos es lo que nos empuja a tomar mejores decisiones.

¿Quiénes son los más propensos? todo aquel que no tenga “sus” vacunas. La primera se aplica a los 12 meses de edad, ya que los buenos anticuerpos maternos duran aproximadamente ese tiempo, la segunda se aplica a los 6 años y un refuerzo a los 12. Los menores en riesgo, deben recibirla antes del año y se repite después del año.

Y en cuanto a los adultos, los vacunados antes de 1994, es probable que tengan una sola dosis, requieren refuerzo. México inició el esquema de DOS dosis a partir de 1991. Se considera que los nacidos antes de 1957, tenemos inmunidad natural y la vacuna que se usaba antes de 1964, era a base de virus muertos, la cual fue de muy dudosa eficacia.

Así que, mis amigos, si creen que los estoy asustando, están en lo correcto, en lo personal, yo que soy nacido antes del 57 y que toda mi familia está cubierta con sus respectivas vacunas, estoy asustado, ya que el sarampión es una enfermedad devastante, sobretodo en los extremos de la vida o en personas con baja inmunidad.

¡No permitan que el sarampión se meta en su casa, ciérrenle la puerta vacunándose!

*Coordinador Relaciones Públicas, Consejo Nacional de Lactancia Materna, A. C.

sicardi53@gmail.com

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