DESDE LA BANQUETA

El muro de Berlín, 1 de 6

Por Sergio Garín Olache
jueves, 2 de enero de 2020 · 01:40

El 9 de noviembre del 2019 se cumplieron 30 años de la caída del muro de Berlín, esa tarde, un alto dirigente del régimen comunista de la RDA anuncia al mundo que los alemanes del Este pueden dejar libremente su país. Entre el estupor y la confusión, cae el Muro de Berlín.

Uno de los hechos más trascendentales de la historia mundial porque se considera que allí termina realmente el siglo XX con la caída del muro de Berlín; a dos años de la caída del denigrante muro viene en cascada las caídas de todos y cada uno de los países que integraban la unión soviética.

Desprendimiento que se debió a las reformas económicas (Perestroika) llevadas a cabo por Mijaíl Gorbachov a la vista del colapso económico y político de los países miembros.

Gorbachov tiene la firme determinación de pasar rápidamente de una economía planificada socialista que no camina para convertirla en una economía de mercado libre similar al de China.

El proceso comenzó con la revolución bolchevique rusa de 1917. La caída del muro de Berlín de 1989 precipitó el fin del sistema de gobierno comunista de la unión soviética. Hay una generación que no conoció el muro de Berlín, los por qués de su construcción y posterior caída, que no conoció la guerra fría, que no supo que Europa estuvo alambrada desde el Báltico hasta el Trieste.

Había países de Europa del Este con fronteras enteras alambradas, con perros, con reflectores, con guardias fronterizos, con explosivos cercanos al cerco de alambre que evitaba que las personas se miraran en la frontera.

Empezaremos nuestro relato propiamente dicho con el recuerdo que el mundo estaba dividido y enfrentado en dos grandes sistemas políticos: El capitalismo y el comunismo conocidos como el bloque occidental y el bloque oriental. No existía para estos dos sistemas el mundo árabe, ni Latinoamérica, ni las distintas religiones, te consideraban aliado o enemigo de estos sistemas según fuera el caso.

Cada quien tenía su propaganda, sus películas, sus héroes, sus series de televisión, sus cereales, no había nada que no fuera ideologizado por el efecto de la propaganda de la guerra fría: Demonizaban al contrario y ensalzaban lo propio.

Lo perverso de uno y otro sistema: Tenemos que ir a la segunda guerra mundial para entender el contexto en que va a surgir la guerra fría que considera varios componentes: Uno es parar el nazismo que es de lo que se trata toda la guerra, un sistema como el nazi era incompatible con el resto de la humanidad, de eso no hay duda. El caso es que durante la guerra, en especial al término de la segunda guerra mundial, los aliados ya tienen decidido cómo se van a repartir el planeta los vencedores.

Alemania todavía no se ha rendido en las conferencias de reparto de los aliados. La primera fue en el año de 1941, está lejísimos la rendición de Alemania y los países aliados ya están preguntando qué me toca a mí en esta transacción económica, política, geopolítica, de mis intereses en este nuevo reparto del mundo. Esto no sale en los cientos de películas que hemos visto de la segunda guerra mundial ni en series de televisión porque esa parte no es noble ni heroica ni bonita.

Claro que los aliados tuvieron grandes batallas con héroes que resistieron la colosal maquinaria de guerra nazi; todo eso, pero también la política de “cómo la veo yo” de los países ganadores y ese acuerdo va a marcar el destino de millones de personas (víctimas) que nadie les preguntó nada.

Pasarán en alianza los países victoriosos por encima del cadáver de Alemania y de las cenizas de los países del este europeo como un campo de reparto. Surgirá posteriormente la guerra fría entre los Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética principalmente. La ciudad alemana de Berlín doblegada, destruida y dividida por los aliados será el principal teatro de operaciones de la guerra fría, da comienzo -en serio- el mundo de los espías, la construcción del muro que en realidad son dos muros, la carrera armamentista, la amenaza de la bomba atómica, la conquista del espacio y la propaganda de uno y otro bloque en las olimpiadas.

El reparto es una nueva historia que no es bonita ni heroica sino asquerosa. Va a producir un sufrimiento enorme y un sinsentido continuo. Procederemos a explicarlo en los siguientes textos: Tendremos que ir a Polonia porque fue la rabia de los polacos la que inició la chispa que acabaría con “la cortina de hierro“, nos tendremos que ir también de visita a donde los húngaros porque fueron los alicates y las alambradas lo que los húngaros cortaron en el picnic paneuropeo las que iniciaron la caída física de esa gran alambrada que separaba a las dos Europas durante la guerra fría.

Nos tenemos que ir a Praga porque fue el centro político de todo lo que se dirimía aquí y las preguntas que aún no hemos respondido acerca de los dos sistemas que han manejados nuestras referencias históricas durante los últimos dos siglos: El capitalismo y el comunismo.

Regresaremos por último a Alemania y al muro de Berlín para entre todos nosotros derribarlo; claro, la caída del muro de Berlín no es fiesta de ninguna izquierda por más que se quieran colar al festejo.

Hoy sobreviven ambos sistemas con nuevas versiones que disfrazan a los fantasmas de aquella época…. continuará.

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