DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Qué sí y qué no

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 22 de octubre de 2020 · 01:22

Hace más de seis meses que muchos no dimensionábamos sobre la verdadera magnitud de esta pandemia. Hoy se está perpetuando mucho más de lo que los más crédulos aseguraban en cuanto a su supuesta permanencia, y en parte, mucho de eso ha sido debido a la negligencia en acatar las mínimas medidas de sanidad.

Absurdamente, algunas autoridades y público en general han querido culpar a los sistemas de salud en la perpetuación del problema y déjenme decirles que el trabajo que hasta hoy han hecho, en verdad, merece respeto y apoyo.

Nuestros hospitales públicos, aun con sus limitaciones y carencias y gracias al apoyo del personal de salud, trabajan muchas de las veces con lo mínimo y empeñados en hacer el trabajo lo mejor posible y aun, apostando con sus propios recursos para sufragar equipo u otras necesidades.

¡La pandemia NO se controla dentro de los hospitales!, más bien se perpetúa por la indolencia ignorancia y pensamiento mágico de muchos de los usuarios.

Recordemos que una cosa es contagio y otra cosa es enfermedad. Para que una enfermedad infecciosa haga mella en la salud, requiere de tres factores: virulencia del agente, cantidad del inóculo y estado inmunológico del huésped.

Contagiado, es aquella persona que alberga al germen y este se muestra asintomático. Enfermo, es aquella persona infectada con el agente y con sintomatología, la diferencia entre uno y otro puede ser única y exclusivamente la carga viral y hoy por hoy el uso “adecuado” del cubreboca, por sí mismo, disminuye en el enfermo la propagación del virus y en el sano, limita la entrada del agresor.

Una cosa es estar con mínima sintomatología y otra cosa es estar severamente enfermo y entre ellos hay un gran abanico de condiciones. A todos nos queda más que claro que hay población de riesgo, en especial, los portadores de alguna enfermedad crónico degenerativa o simplemente la ancianidad.

Dependiendo de lo severo del cuadro y de las comorbilidades existentes, el manejo variará e idealmente se individualiza a las necesidades de cada caso. Pues bien, mis amigos, ahora resulta que se implementa todo un gran arsenal terapéutico para tratar por igual a contagiados, mínimamente sintomáticos o severos, entre los que podemos mencionar: analgésicos, antiinflamatorios, esteroides, antibióticos, anticoagulantes, antiparasitarios, antivirales, etcétera, etcétera; claro sin dejar de mencionar el supuestamente milagroso Dióxido de cloro, del cual hay más evidencia de daños que beneficio.

Varios colegas comentan que en sus lugares de residencia hay médicos que ofertan su amplio paquete farmacológico con el cual han tratado a cientos o miles de casos y ninguno ha muerto. Dice un amigo que cuando a uno de ellos lo invitó a que publicara su casuística, simple y sencillamente le dejó de hablar, lo que muy probablemente quiere decidir que su práctica “NO” es basada en la evidencia ni se ha seguido un método científico.

Recordemos que esta epidemia por SARS-CoV-2 es totalmente nueva, no existen expertos. Es verdad que hay muchos ensayos terapéuticos, los cuales se presentan como tal, nunca como la verdad absoluta.

No es nada infrecuente estar viendo consecuencias clínicas por efecto adverso de los medicamentos y con marcada afectación a la economía, bueno, para las farmacéuticas esto es bonanza.

Para los pacientes sintomáticos de grado moderado o severo, aquellos con dolor en el pecho, limitación respiratoria y bajas saturaciones de oxígeno (94% o menos), es importante el control con su médico y dependerá de ambos el manejo a seguir.

Para todos los demás, positivos o negativos, asintomáticos o mínimamente sintomáticos, las mejores medidas de control son extremando su higiene, guardando la sana distancia, evitando lugares concurridos, uso de cubreboca, higienización de enseres, reposo en casa y muy en especial: ingesta abundante de líquidos y gargarismos.

Sabemos que la senectud es un factor de riesgo, conozco personas mayores de 70 años que han dado positivo al Covid-19 y se han apegado a solamente lo anterior, han cursado asintomáticos y con una total ausencia de complicaciones. Por otro lado, entre los servidores de la salud, personas jóvenes y sanas, sin enfermedades adyacentes, pero debido a sus condiciones de trabajo y a su constante exposición viral al atender a personas graves por Covid-19, han caído enfermos y muchos han muerto en el cumplimiento de su deber. Ellos son los verdaderos héroes.

La epidemia se controlará cuando los usuarios de la salud controlemos nuestros estilos de vida, lo que realmente evitará propagación, afectación y gasto innecesario de los recursos en salud. La epidemia se controla en las calles y en las casas. En los hospitales se trata de controlar la negligencia de los demás.

*Coordinador de Relaciones Públicas del Consejo Nacional de Lactancia Materna A. C.

sicardi53@gmail.com

 

 

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