BARÓMETRO POLÍTICO
Reinstaurando el status quo
Por: Susana Silva Gallardo*Las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre, sin duda, fueron una de las jornadas electorales más controvertidas en la historia de los Estados Unidos. Desde que se definiera al candidato demócrata que participaría en la gran carrera, la oposición que buscaba sacar a Donald Trump de la silla presidencial se consolidó poco a poco y, muy al estilo de los demócratas, supieron jugar la opinión pública a su favor.
A pesar de que el partido de los azules se enfrentó en parte a la desilusión de los militantes demócratas ante la retirada de Bernie Sanders de la contienda en las primarias, los Demócratas parecieron encontrar la fórmula con Joe Biden.
Para Bernie, quien en un principio se posicionaba como el candidato presidencial favorito sobre todo entre el electorado joven, lo que le jugó en contra, más allá de la falta de apoyo de su partido, fue su posición con tendencia a la izquierda en el espectro político.
Es por ello que, para los Demócratas, Biden encarnó una apuesta segura que, ni tan a la izquierda ni tan a la derecha -aparentemente-, pudo encarnar un líder apegado a los valores y la imagen que el Partido buscaba reflejar, en contraposición a lo que Trump representaba desde hace 4 años.
Las situaciones coyunturales en Estados Unidos fueron importantes para definir la victoria de Biden. En parte la pandemia de Covid-19 y la crisis del sistema de salud y el importantísimo tema del “healthcare”, las protestas y tensiones raciales alimentadas por la brutalidad policíaca y por qué no, la acumulación del descontento de la mayoría de los sectores poblacionales durante los últimos 4 años de trumpismo, jugaron a favor del demócrata. Eso sí, el anuncio de la dupla Biden/Harris, pareció haber cimentado entonces un dúo que respondía en parte a todas estas carencias surgidas a partir de las situaciones antes mencionadas.
El Partido Demócrata se decantó entonces por apelar nuevamente a ese doble discurso que por tantos años le ha caracterizado. No hay que demeritar el hecho de que la futura administración Biden/Harris busca centrarse en problemáticas sociales como la erradicación del racismo institucional, mejorar las oportunidades en el acceso a salud pública y el cuidado del medio ambiente.
Pero tampoco hay que desembarazarse del hecho de que Biden y Harris representan al status quo político de Estados Unidos, con intereses y valores específicos afiliados al Partido Demócrata, el cual no es tan progresista como buscó posicionarse para este 2020.
Para ello, tendrá que verse con cuidado otros temas como el de la migración y los conflictos internacionales, sobretodo en Asia Occidental, el llamado “Medio Oriente”; temas que como se ha visto, resultaron ser escabrosos en la administración Obama y que poco dieron de que hablar en la administración Trump.
Por su parte, en vistas de la reacción republicana y la cuestionable actuación del todavía mandatario Donald Trump respecto a la jornada electoral, el camino hacia el 5 de enero aún se siente largo.
Mientras tanto, si bien en los últimos 4 años la administración trumpista se consideró impredecible y llena de sorpresas, habrá que esperar a ver lo que Trump le tiene preparado a Estados Unidos y al mundo en sus últimos 56 días como jefe del Ejecutivo.
*Lic. en Relaciones Internacionales por el TEC de MTY campus Guadalajara
susanasilvag96@hotmail.com
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