Huérfanos

Hace poco nos referíamos en este espacio a los niños en situación de abandono y maltrato para los cuáles no hay un lugar de rescate, permanencia y cuidado por parte de ningún nivel de gobierno.

Si hay, sin embargo, un organismo denominado Procuraduría de Protección al Menor, pero hasta donde se sabe, no hay forma de proteger a un niño o niña solamente arrancándolo del seno familiar o castigando a sus padres con algún tipo de sanción civil, penal o corporal. También requieren atención permanente.

Esta vez vamos a hablar de los menores de edad que se han quedado sin padre y madre o por muerte o el abandono definitivo.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), México ocupa el segundo lugar en América Latina en cantidad de niños huérfanos, con cerca de 1.6 millones de expedientes, cifras correspondientes a 2015.

De 2012 a 2017 el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) registró en conjunto con sus representaciones estatales 5 mil 342 adopciones, en el 2012 más de 30 mil niños y adolescentes vivían en albergues u orfanatos públicos, según la misma institución.

En datos abiertos del DIF nacional al mes de julio de 2019, refieren a que en todo el país hay 95 Centros de Asistencia Social (CAS), conocidos como casas hogar, ubicados en los estados de Baja California, Baja California Sur, Ciudad de México, Coahuila, Guanajuato, Nuevo León, Sinaloa, Tabasco y Zacatecas, que suman 2 mil 227 habitantes.

De los otros 23 estados del país aún se desconoce su situación, refiere el diario Presente de Tabasco.

La cifra más aproximada a la realidad son las del censo de INEGI de 2015, el cual indica que hay alrededor de 33 mil niños, niñas y adolescentes viviendo en un esquema de Cuidado Residencial dentro de los CAS.

El último reporte del DIF de 2012, señala que 58.2% de las personas prefieren adoptar niños entre 4 y 9 años, por lo que más del 70% de los niños tienen dificultad para encontrar un hogar debido a que tienen entre 7 y 18 años.

En México existen 753 casas hogar distribuidas en todo el territorio.

En 2011 hubo únicamente 54 casos de adopción de niños con algún tipo de discapacidad.

Lo que más alarma es la cifra negra, ya que muchos niños en situación de orfandad no forman parte de las estadísticas oficiales porque son “adoptados” por sus abuelos o familiares cercanos o porque a su poca edad, sobreviven por ellos mismos en situaciones que no siempre son las mejores.

Seguramente hay cientos, si no es que miles de niños víctimas colaterales de la violencia del crimen organizado o las adicciones, que han quedado huérfanos de padre o madre.

En Baja California no existe un programa de atención específico para este sector de la población, los niños huérfanos viven bajo el cuidado de asociaciones civiles o religiosas, muchas de éstas auspiciadas desde el extranjero, que, con un gran esfuerzo filantrópico, se encargan de una función que debería realizar el gobierno con recursos públicos.