Sentido común y responsabilidad propia

Vivimos tiempos difíciles, tiempos nuevos. A la carga normal de la supervivencia cotidiana, con todos los apuros y pesadumbres de cada año, vemos como el fenómeno de la pandemia por Covid 19, gira a nuestro derredor como una espiral que nos tiene en el centro, centro que se constriñe y se estrecha dando por resultado un cerco de conocidos, amigos y familiares víctimas de este mal.

Ante la lluvia de culpas que pretenden atribuir a la autoridad federal sanitaria se diluye cómodamente la principal responsabilidad y esa es la personal.

Advertidos como hemos sido de las formas en que se da el contagio, hay grupos de personas que hacen vida social con aparente normalidad.

La auto restricción tendría mejores resultados si lográramos convencer y convencernos que las primeras acciones vienen del cuidado personal: la distancia prudente, la higiene segura y el aislamiento en donde esto es posible. Estas medidas son tan sencillas y simples que no logran penetrar de manera certera la mentalidad de un amplio sector de la ciudadanía.

Ante el paso del tiempo parecería en algunos grupos de personas que vivir con el virus se hace común, pero de mala manera, piensan que pueden hacer vida normal, socializar y circular por la ciudad con la idea de que el virus ya no les tocó, pero no es así, estamos dándonos cuenta que personas muy conocidas están dando positivo y que amigos y familiares se encuentran hasta hospitalizados por los efectos de le enfermedad.

Regresamos al punto principal de prevención: el auto aislamiento, seguir las recomendaciones básicas médicas y esperar que pase el tiempo no sin antes avisar a todos aquellos con quienes se tuvo contacto cercano para que cada uno a su vez cuide de su estado y tenga las precauciones personales correspondientes.

Los lineamientos sanitarios se dieron a conocer desde marzo, por muchos medios y de manera reiterada se han hecho públicas las medidas de mitigación y de contención.

En eso estamos.