2021: más allá de los político

De acuerdo al último reporte de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), México tendrá el peor desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020 y 2021 en relación a 17 países analizados en el mundo.

La economía mexicana registraría una caída de 10% en 2020 y un alza de 3% en 2021, según las estimaciones.

En su Reporte sobre Comercio y Desarrollo 2020, la Unctad publica proyecciones del PIB de 17 economías, con México teniendo el resultado bianual más bajo y en los números, de acuerdo a éstos estudios, la economía mundial se contraerá en 4.3% estimado este año, dejando la producción mundial a fin de año más de 6 billones de dólares por debajo de lo que los economistas esperaban antes de que la pandemia de Covid-19 comenzó a extenderse.

En éste escenario, es imperativo visualizar perspectivas diferentes, a través de esfuerzos diferentes, es decir, necesitamos un golpe de timón, una disrupción tan poderosa, que encauce esfuerzos hacia rumbos que tradicionalmente son poco atendidos.

Así, hoy por hoy, el mercado interno nacional es el que cuenta con mayor potencial de desarrollo y que tiene los menores costos logísticos para las empresas productoras de México.

Por ejemplo, en 2016 se importaron 300 mil millones de dólares de insumos intermedios; son bienes que ya tienen mercado y con la producción nacional de la décima parte de los mismos se puede aumentar el crecimiento del PIB en casi 3%.

De esta manera, México podría lograr el objetivo de crecimiento económico que las reformas estructurales y la apertura comercial no han logrado: 5 por ciento, para mucho impensable en tiempos de Covid-19, para quienes visionamos un México unido, un México entretejido, un México en movimiento, no es imposible, sería simplemente el inicio de una nueva cultura económica nacional.

Es necesario entender, que independientemente de la negociación del Tlcan, se debe impulsar el Fortalecimiento Globalmente Competitivo y Productivo del Mercado Interno, ya que es la única forma de compensar los desequilibrios generados desde el exterior.

Se debe garantizar el desarrollo de las capacidades productivas internas y de los beneficios que ello tiene sobre la creación de empleo e inversión.

En medio de la pandemia, tenemos la responsabilidad histórica de empujar la creación y operación de una política de Desarrollo Industrial de Cuarta Generación, que eleve las capacidades de innovación e impulso de progreso tecnológico en la economía nacional, que se fundamente en encadenamientos productivos entre las empresas nacionales para que, en función de ello, puedan formar o se puedan integrar competitivamente a las cadenas globales de valor.

Es fundamental socializar que la competitividad debe estar al servicio de la productividad, la métrica del éxito debe ser el crecimiento económico, la generación de empleo formal, el incremento de los salarios, la mayor expectativa de vida de las empresas y la disminución de la inequidad y pobreza, esta es la ruta que entre todos, tenemos que trazar para que las perspectivas de 2021, más allá de lo político, nos enfile con certidumbre a una mejor calidad de vida para todos.

*Contador público, consultor de empresas, emprendedor y presidente de Consulten

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