LA MARAÑA CÓSMICA

La Noche de las Estrellas. Un hecho histórico, épico

Por Dr. Rolando Ísita Tornell*
lunes, 23 de noviembre de 2020 · 01:59

Fui invitado por las organizadoras de la Noche de las Estrellas el sábado pasado, como presentador en la videoconferencia inaugural de la 12ª edición de esta verbena astronómica y cultural. El micrófono de mi computadora nomás no quiso funcionar, lo que iba a decir (y algo más) lo comparto en La Maraña Cósmica.

En mi experiencia de divulgador y periodista de la ciencia académico, obligado a documentar lo que hago público, la Noche de las Estrellas es uno de los sucesos comunitarios de mayor impacto social, nacional, de participación ciudadana; de coordinación democrática, transparente, de consenso con instituciones gubernamentales, de educación superior, de investigación científica, social, públicas, privadas, internacionales y organizaciones civiles de astrónomos aficionados; con muy modestos recursos y distribuidos entre los comités locales de los estados de la República; que le ha dado al país tres Record Guinnes por la mayor cantidad de personas observando un objeto celeste con telescopio, y tres ocasiones ha colmado de gente la plancha del emblemático Zócalo de la CDMX para festejar con astronomía, cultura y ciencia; idea surgida en una mesa de trabajo de una institución de investigación científica, el Instituto de Astronomía (IA), y administrada prístinamente por otra institución científica, la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Presidieron la inauguración virtual William Henry Lee Alardin, astrofísico muy amigo de los estallidos de rayos gamma, en su calidad de Coordinador de la Investigación Científica de la UNAM; Estela Susana Lizano Soberón, radioastrónoma amiga de la estrellas recién nacidas, en su calidad de presidente de la AMC; José Franco, bajista rockero, amigo del polvo y gas que forman estructuras como las “columnas de la creación”, mi amigo y cómplice, en su calidad de astrofísico y coordinador general de la N de las E; Jesús González, astrofísico y muy amigo de los instrumentos astronómicos, en su calidad de director del IA, y representantes de las empresas Kosmos y Celestrón, distribuidores (y donadores) de telescopios, binoculares y camisetas estampadas para cerca de 65 mil personas que organizan en todos los estados la Noche de las Estrellas.

Estuvieron también presentes Raúl Mújica, astrónomo del INAOE y premio nacional de divulgación de la ciencia, quien ha llevado cultura astronómica y telescopios a las comunidades originarias de Puebla; la astrónoma viajera, Nahiely Flores, quien involucró y puso de cabeza a los chinos en Beijing para observar el cielo nocturno en una edición de la N de las E, y la paciente coordinadora operativa, Emilede Velarde, de la AMC.

La astronomía de La Noche de las Estrellas ha cumplido con creces (y con hechos) el “diálogo de saberes” (además de las acciones de Raúl Mújica), en 2012, años antes de las ocurrencias de la directora de Conacyt. Quitó las profecías apocalípticas, supercherías y creencias esotéricas atribuidas a los astrónomos mayas, y mejor posicionó en la opinión pública el “Nuevo Baktún, el fin de un ciclo y la entrada de otro resultante de mediciones astronómicas muy precisas, con base en las investigaciones de arqueoastrónomos como Jesús Galindo y Daniel Flores.

La astronomía también le ha aportado a México una Ley que protege al medio ambiente y las especies de la contaminación por luz artificial, primero en Ensenada, luego el Estado de Baja California, gracias al impulso u aportación de evidencias del astrónomo ensenadense Fernando Ávila, y más tarde la Ley Federal, impulsada por la astrónoma y diputada neoleonesa Tania Arguijo.

Pasadas las décadas, la Noche de las Estrellas será para el país una narrativa histórica más, épica, como lo han sido el establecimiento de relaciones exteriores con Japón por ir a observar el tránsito de Venus, la Carta del Cielo convocados por Francia gracias a una nítida fotografía de la Luna de nuestros astrónomos (cuando la fotografía casi se acababa de inventar), o tener Internet en México porque una astrónoma se empeñó en querer detectar en tiempo real su objeto celeste preferido.

*Comunicación de la Ciencia DGDC UNAM-Ensenada
 

risita@dgdc.unam.mx

 

   
 

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