LA BUFADORA

BUFADORA

Por El Mosquito
viernes, 27 de noviembre de 2020 · 01:07

Pues que te cuento político lector, que ayer Movimiento Ciudadano cuyo líder moral es el veracruzanísimo Dante Delgado Rannauro, ayer destapó al ex rector de la UABC y ex secretario de Desarrollo Económico del Estado Alejandro Mungaray Lagarda para gobernador de Baja California.

Sin decir si fue por encuesta, por dedazo o por obras del espíritu santo, durante un evento en Tijuana, el coordinador nacional de Movimiento Ciudadano, Clemente Castañeda informó que el profesor Miyagui, perdón, el doctor Mungaray, encabezará el proyecto político de Movimiento Ciudadano.

Luego de aventarse un rollazo, el dirigente emecemista dijo que, “personajes como Mungaray, han aportado a la vida política del país, reflejan la seriedad y el compromiso real con los bajacalifornianos, destacó que el proyecto que encabezará tendrá mucho éxito.” ¡Órale!

Por su parte el ungido dijo que, “mucha gente piensa que los académicos están fuera de la política real, pero ellos conocen a Baja California, pues es un gran estado, con una sociedad diversa y abierta al cambio.”

 Aquí empezó la alternancia política y seguirá sucediendo, porque hay gente valiente, expresó Mungaray Lagarda, al aceptar encabezar el proyecto de MC, que, aunque no se dijo, es la búsqueda de la gubernatura del Estado.

TIEMPOS POLÍTICOS
Ante la falta de reflectores y convocatoria, los integrantes del movimiento Mexicali Resiste… perdón, Ensenada Resiste -por aquello de que son los mismos y la mayoría son residentes de la capital del estado-, a través de las redes sociales invitan a la población a manifestarse durante la visita del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, porque siguen empecinados en detener la reconversión de la planta regasificadora de Energía Costa Azul, que lleva más de 14 años operando sin ningún incidente, pero como son tiempos preelectorales atacar a una compañía internacional de esa importancia es más rentable.

Los promotores de esta selectiva protesta, quienes además nunca dan la cara porque traen el rostro cubierto, además del cubrebocas, pretenden realizar mañana sábado un plantón en el Centro de Gobierno del Estado de Ensenada a eso de las 14:00 horas, luego de tres intentos fallidos por congregar a más personas, pero como ahora viene el primer mandatario, piensa que eso será un imán para que llegue más gente y al fin tengan la cobertura mediática que desean, porque tampoco les han dado resultados sus improvisadas revistas ni plataformas digitales emergentes, y no ha sido por censura ni represión, sino porque su discurso no refleja la realidad.

La disidencia y la oposición informada son ingredientes fundamentales en las democracias, porque representan los auténticos contrapesos del poder público, pero al abanderarse causas que carecen de lógica, por más pronósticos apocalípticos que hagan no podrán generar la erupción social que desean.

Salir a la calle portando pancartas con leyendas incendiarias puede servir para exorcizar ciertos complejos, pero tratar de fomentar conciencia con ideologías trasnochadas jamás tendrá audiencia.

Lo que en verdad necesita Ensenada es resolver el problema del abasto de agua, no sólo para el consumo domésticos, sino para atraer inversiones, lo que implica consolidar el centro energético que ya existe en la zona de Costa Azul, aparte de gestionar la construcción de la carretera alterna a la Escénica, convertir la zona de El Ciprés en el bosque de la ciudad con frente de mar.

Reutilizar las aguas tratadas, la línea ferroviaria Tecate-Ensenada, un nuevo aeropuerto civil, ampliar la carretera Transpeninsular: Estas son las luchas que se deben encabezar, orientadas a que se hagan las cosas, y dejar de perder el tiempo en oponerse a todo por satisfacer pasiones partidistas.

LÍNEA DE COVID
Quienes deberían estar preocupados, y con razón, son los colaboradores más cercanos de los políticos que, en su frenética intención de afianzar su imagen pública, no descansan, se exponen y exponen a su más preciado capital humano a contraer la enfermedad más letal de los últimos tiempos.

Dicho sea en modo razonable, muchas personas se preguntan por qué los políticos no se enferman, a pesar de las extenuantes jornadas, pero la verdad es que quienes tienen los cargos públicos más altos, se trasladan en unidades desinfectadas, tienen tiempo para planear su agenda, cuentan con todos los elementos sanitarios a la mano y calculan todos sus movimientos, en tanto que la tropa sale a la calle como Dios le da a entender, se mezcla con el tejido social más vulnerable, inicia la jornada antes y después que el jefe, se malpasa y se agota, moviéndose en un caldo de cultivo propicio para contraer, ya no el Covid-19, sino otros padecimientos propios del acelere cotidiano.

Con esa lógica, la presunción de que el gobierno no descansa, debe ir acompañada con el reconocimiento de los que en verdad se arriesgan, quienes deben tener a su disposición todos los beneficios de atención oportuna, llámese implementos de protección que no tengan que pagar con su sueldo; pruebas gratuitas, inmediatas y constantes; medicamentos suficientes y atención inmediata.

Por si fuera poco, ese pequeño ejército del que se hacen rodear nuestros líderes, que son los que planean y hacen la chamba, suele convertirse en la contradicción de las recomendaciones de los especialistas -del mismo gobierno- en el sentido de que la gente no debe salir de casa, que deben usar el cubrebocas, que deben guardar distancia y demás.

Una asesoría gratuita que les da este mosco a los gobernantes, es que reduzcan -o eliminen- sus actos con asistentes, y que se muevan por donde quieran con el mínimo equipo posible, aprovechando la capacidad de cobertura de las redes sociales, además de la experiencia de sus colaboradores que, dicho sea de paso, no se van a rajar.

Eso sería mejor que tenerlos, literalmente, en la línea del Covid.
 

 

 

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