DESDE EL VIGÍA
Bomberos
Por Editorial El VigíaDesde que se crearon los cuerpos de bomberos en distintos puntos del país, la mayoría de ellos surgieron como corporaciones constituidas por voluntarios que, armados de solidaridad, valor y generosidad, se han dedicado a proteger la vida y los bienes de las personas que tienen la desgracia de ser afectados por algún siniestro.
Incluso, sin tener la obligación legal de hacerlo, se han hecho responsables de combatir los incendios forestales en equipo con elementos de la Comisión Nacional Forestal, elementos del Ejército Nacional, la Marina y personas voluntarias que se han sumado a la noble tarea de proteger los bosques y sus entornos.
Los bomberos son seres humanos que han decidido dedicar sus vidas en favor de la población no solamente con su trabajo, sino además aportando recursos propios que, en vez de dedicarlos a sus familias, los usan para procurarse uniformes y equipamiento para cumplir con su misión.
Su labor es bien vista y ellos admirados por la población que ven en ellos a servidores públicos leales, honestos y dispuestos a sacrificarse por la integridad personal y material de las comunidades.
Lamentablemente el Heroico Cuerpo de Bomberos de Ensenada no tiene un presupuesto suficiente para operar, carece de infraestructura y equipamiento para desempeñar con eficacia y prontitud su trabajo, aunque ellos hacen todo lo posible para que así sea.
En el presupuesto del Ayuntamiento no existe uno dedicado específicamente a dotar a los bomberos de lo necesario, tampoco se tienen los recursos para contratar a todos los que se necesitan, la corporación funciona con 220, mientras que las normas para una ciudad como Ensenada demandan mínimo 500.
Para todos es sabido que, aunque el gobierno paga los modestos salarios del personal en funciones y construye la infraestructura física, una buena parte de sus necesidades se cubren con donaciones provenientes del extranjero, principalmente en máquinas extintoras, vehículos, uniformes y equipamiento.
Otra parte proviene de las donaciones y la procuración de fondos del patronato en turno.
Sin embargo, es imperativo que, en el presupuesto de egresos destinados a la seguridad pública, se contemple una partida etiquetada a garantizar la operatividad del Heroico Cuerpo de Bomberos, a incrementar su personal, adquirir unidades especializadas, otorgarles uniformes y equipamiento para garantizar la seguridad de la población.
Ya es tiempo de dejar la responsabilidad que le corresponde al gobierno, en manos de particulares, que por más buena disposición y generosidad que tengan, no tienen la obligación de sostener funciones que le tocan, en este caso al municipio.
Que quede claro, no señalamos ni culpamos al gobierno actual, ni a pasados, porque cada uno asumió los usos y costumbres que vienen desde la fundación de la corporación.
Pero, en una ciudad como la nuestra con casi 600 mil habitantes, la preservación de la integridad física y material de la población, no puede seguir supeditada a la buena fe de particulares.
Los regidores del ayuntamiento, el alcalde y los diputados locales. no pueden soslayar más esta responsabilidad primaria de la función de gobernar.
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