LA BUFADORA

BUFADORA

Por El Mosquito
lunes, 25 de mayo de 2020 · 00:00

¿Cuáles son las cifras reales de los efectos del Covid-19 en Ensenada? En su presentación de ayer domingo, el titular de la Secretaría de Salud del Estado, Alonso Pérez Rico, dio a conocer números que permiten tener una idea más clara del comportamiento de la pandemia por municipio en Baja California, y al analizar los cuadros estadísticos es evidente que el principal problema es la falta de personal médico y de enfermería, porque su sindicato retiró a la mayor parte del personal por encontrarse en los segmentos de alto riesgo, ya sea por su edad -mayores de 60 años-, y el grueso por gordos, diabéticos e hipertensos, a quienes mandaron a su casa; pero eso sí, hasta hacen fila sin guardar la sana distancia para ir a cobrar puntualmente su salario.

Así que el verdadero frente batalla lo conforman médicos y enfermeras jóvenes y el escaso personal adulto que está sano.

Y lo anterior lo comprueban los siguientes datos: Hasta ayer domingo 24 de mayo, en la ciudad y puerto de Ensenada se reportaban 17 personas hospitalizadas por Covid-19 cuando la disponibilidad de camas exclusivas para ese padecimiento es de 80 y con 26 ventiladores libres, lo que representa una ocupación hospitalaria real del 33 por ciento; también se precisó que 145 ensenadenses que dieron positivo a la enfermedad se recuperan en su casa, a lo que denominan ambulatorios; mientras que se informa que 27 personas se han recuperado totalmente.

El problema es que todos se van con las cifras de una gráfica, la que indica que al día de ayer en Ensenada se registran 25 casos sospechosos, 196 positivos (que padecen Covid-19); con 34 personas fallecidas en este puerto y tres más en San Quintín.

Los números son fríos y no engañan, pero su lectura e interpretación, por desgracia, dependen de posturas ideológicas y políticas. Aquí en Ensenada los dos grandes problemas que se enfrentan para contener la propagación del coronavirus, es que únicamente el 30 por ciento del personal médico está en servicio, y por ende se encuentra saturado de trabajo y muy agotados; y porque el aumento de casos positivos se debe a que la gente de plano no acata las medidas de sana distancia y de resguardarse en casa. Tanto criticaban los ensenadenses a los residentes de Tijuana, y ellos ya aplanaron su curva, y en una de esas hasta ventiladores nos van a prestar, cuando la mayoría pronosticaba lo contrario.

Los números confirman que en Ensenada el 70 por ciento del personal médico sí se quedó en casita, por tanto los verdaderos héroes son muy poquitos.

¿Se acabó la caja chica?
El mandatario estatal Jaime Bonilla Valdez, durante sus transmisiones matutinas ha sido bastante reiterativo en sus comentarios sobre los organismos operadores del agua en Baja California, en el sentido de que durante décadas fueron la caja chica de los gobiernos en turno, algo así como “la fuente de agua bendita” según sus propias palabras, porque de ahí salían no los candidatos a las presidencias municipales o la gubernatura, sino los recursos para financiar las campañas, lo cual era un secreto a voces.

Y siendo el abasto de agua el principal problema de esta entidad fronteriza, desde siempre las comisiones del agua concentran la mayor parte de las críticas y reclamos sociales, dado que resulta muy complicado atender a la gran cantidad de usuarios en los cinco municipios del estado.

Sin embargo, mal y de malas andan en la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (Cespe), porque a la marea roja que le dificulta proveer agua de la planta desaladora en mejores condiciones, ahora se le suma el problema de los recibos locos derivado de no contar con suficiente personal para la lectura de medidores, producto del descanso de muchos de sus empleados por la pandemia. Y por si fuera poco, se les incendian las instalaciones de La Misión, afectando el suministro de agua entubada, la que desde el fin de semana pasado se distribuye a través de pipas en la zona norte de la mancha urbana.

Todo lo anterior ha servido de combustible para que algunos improvisados “profesionales del periodismo”, de esos que opinan y no investigan y que pululan en las redes, se tiren al piso y se desgarren las vestiduras, yéndosele a la yugular al titular de dicha dependencia paraestatal, Marcelino Márquez Wong, a quien le dedican un día sí y otro también por medio de las redes sociales, larguísimas “editoriales” con las ganas no de que se resuelvan los problemas, sino de provocar que “lo renuncien”, porque sus patrocinadores quieren cobrárselas dado que no le dio empleo a sus achichincles o porque Márquez Wong se los quitó de encima.

Una cosa son los problemas operativos de la Cespe, que no son nuevos ni se pueden defender a ciegas, pero otra cosa son las campañas orquestadas con intereses políticos, que sólo buscan satisfacer la venganza de personas interesadas en que les cumplan sus caprichos. Ni modo Marcelino, con esos bueyes te tocó arar y ¡ah, qué venenosos alacranes te echaste al hombro!
 

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