DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Fortalecer el sistema inmune

“Yo decido estar bien, eso le informo a mi cuerpo” Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 28 de mayo de 2020 · 00:00

Tenemos que ser muy conscientes de que ante la adversidad, las fortalezas nos sacan adelante y recordar que con el virus que hoy desborda las redes y enajena nuestros sentidos, dicho personaje NO afecta al grueso de la población y, de los afectados, el 80% pasará asintomático y solamente una pequeña proporción tendrá consecuencias clínicas y, dependiendo de la inmunidad de cada individuo, será la forma en que el dichoso personaje se manifieste o no, o haga estragos o no, por lo tanto, debemos buscar acciones que nos fortalezcan y evitar las que nos debilitan, inmunológicamente hablando.

El estrés, angustia y depresión, son una triada innegable que afecta en forma negativa a nuestro aparato inmune y abre las puertas para cosas que no queremos padecer. Los malos hábitos, obesidad y otras muchas comorbilidades ampliamente comentadas, sin dejar de incluir el tan funesto “sedentarismo”, son otros de tantos que menoscaban nuestra inmunidad.

“Al mal tiempo, buena cara”. La actitud que presentemos a las situaciones cotidianas, será la cara que presentemos al problema, por lo tanto, la primer medida ante estas situaciones es mostrarnos optimistas y no dejarnos imbuir por tantos y tantos MMs, fakenews, teorías alarmistas y muchas otras teorías fanfarronas o no, las cuales no resuelven nada y solo nos perturban.

Las fuentes afectivas que refuerzan nuestro sistema inmune, tales como las reuniones entre amigos y familiares, los abrazos, besos y muchas otras formas demostrativas de afecto y felicidad, hoy, tristemente están reprimidas y hasta sancionadas. Creo que aquellos que a “pie juntillas” y sin razonar, acatan dichas recomendaciones, difícilmente retornarán a esas necesarias muestras de afecto y una vida normal. Hoy, muchas personas refieren que una vez terminado el confinamiento, difícilmente querrán regresar a su estilo de vida anterior.

Hablemos un poco de la actividad deportiva, en especial, al aire libre.

Siempre se ha recomendado la práctica de deporte como un de los métodos más sencillos para mantener la buena salud y reducir el gasto médico. Personas sedentarias que padecen alguna enfermedad crónica, constatan beneficios al incluir en su terapéutica el ejercicio rutinario. Las recomendaciones del confinamiento están propiciando por sí mismas, recaídas de los problemas crónicos previamente controlados, simplemente por no poder mantener el control habitual en sus unidades médicas, pero muy en especial, por evitar las actividades al aire libre. Veremos en el corto a mediano plazo, problemas mayores que el que trataron de evitar, un ejemplo: deficiencias en vitamina D por falta del efecto benéfico de los rayos solares.

El deporte al aire libre ha estado totalmente prohibido, al grado de sancionarlo a pesar de que se practique de forma individual y en entornos sin aglomeraciones, donde no existe ningún riesgo de contagio. Arguyen que la prohibición está indicada para evitar accidentes y visitas a urgencias con el “supuesto” riesgo de contagio pero, otras actividades como el de las obras en construcción, la cual genera muchas más lesiones, no está restringida.

Al tener actividades al aire libre, amén del beneficio que nos otorga el astro rey (Vit D), nos permite una muy satisfactoria expansión de nuestra caja torácica, rítmica y máxima, aumenta la frecuencia cardiaca, irrigando abundantemente todas nuestras estructuras, mejora la oxigenación, barre los desechos, propicia la función de los glóbulos blancos, los cuales son encargados de combatir a los gérmenes nocivos, también se ha encontrado beneficio en las personas que padecen cáncer, hay estudios que muestran que las personas que realizan ejercicio rutinario, reducen sus posibilidades de cáncer entre 20 y 50%.

¿Se imaginan que surgiera un medicamento que nos ofreciera lo anteriormente expuesto? no dudaría la mayoría en comprarlo y esto se puede lograr con prácticas tan sencillas como caminar rutinariamente de 30 a 60 minutos por día, especialmente en entornos arbolados.

Beneficio emocional. Comúnmente, los psicólogos y psiquiatras recomiendan tales prácticas a sus pacientes como una medida antidepresiva. La asociación de la práctica deportiva con mejoras sensibles en pacientes con demencia está bien sustentada, y qué no decir de aquellos que han visto mermada su circulación cerebral, los cuales, al incorporarse a actividades deportivas en forma rutinaria, obtienen mejoría.

Los deportistas de alto rendimiento o profesional, son otro capítulo, pueden tener efectos contrarios, ya que son actividades muy demandantes, forzan al máximo, muchas limitaciones, inversiones de tiempo y los entornos competitivos, les generan demasiado estrés. Es común que semanas después de un maratón, algunos deportistas enfermen y sufran lesiones o secuelas osteo-articulares por abuso. Por lo tanto, la recomendación es con la sana prudencia, adecuada supervisión y uso del equipamiento necesario.

Mis amigos, para mejorar nuestro sistema inmune, nada mejor que el deporte al aire libre. Ensenada tiene varios parques, muchas rutas senderistas, amplias playas y muchos sitios dónde respirar, caminar, convivir y en especial, no perder la capacidad de asombro como una aurora, un ocaso o simple y sencillamente, poder respirar al aire libre.

*Coordinador de Relaciones Públicas del Consejo Nacional de Lactancia Materna A. C.

sicardi53@gmail.com 

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