BAÚL DE MANÍAS

Beethoven y las arañas

Por Ma. Cristina Álvarez- Astorga
martes, 25 de agosto de 2020 · 00:00

La música que hacían los (y las) Homo sapiens hace 43 mil años no se parecía mucho, por ejemplo, a la que hizo Beethoven de joven… Ni de viejo, vaya. De hecho, en este momento, sabemos más acerca de la música de Beethoven que de la de aquellos ancestros. Seguramente sonaba más o menos pi-pu-pa-pú. Pero… ya divago. Creo que optaré en esta ocasión (como en otras) por el camino más facilón. Le echaré la culpa a la canija canícula, que está a todo lo que da este año, y hablaré de Beethoven. Conviene recordar que en este 2020 estamos celebrando el 250 aniversario de su nacimiento. A mi modo de ver, ello nos da derecho de escuchar toda la música suya que nos dé la gana. Al fin y al cabo ni es tanta. Verá usted. Son 139 Opus, más 205 WoO, más 6 AnH, más 301 H.

Pongamos, por ejemplo, su primer concierto para piano, Opus 15, que se estrenó en Viena, en 1796, con el mismísimo Beethoven como solista, que a la sazón tenía 26 o 27 años. Está compuesto en el estilo estándar clásico, con sus tres movimientos (Allegro con brío; Largo; Rondó-Allegro scherzando) ahí muy bien portaditos.

Está en Do mayor, que es una tonalidad muy amigable. La obra refleja la perfecta asimilación de los estilos de Mozart y Haydn, pero sus abruptos cambios armónicos demuestran la personalidad única de Beethoven. Todo en el mismo paquete, en cosa de 30 minutos. El hombre tenía la intención de que esta obra fuera un escaparate para su propio virtuosismo. Franz Wegeler, amigo suyo, dice que compuso el final “dos días antes del estreno… Cuatro copistas se sentaron en el pasillo a trabajar con las hojas manuscritas que les entregaba, una a la vez”. Este concierto muestra el surgimiento de la voz inconfundible de Beethoven, con sus audaces ideas melódicas y sus atrevidas armonías. Y, de ribete, es alegre, cosa muy necesaria hoy, ayer, anteayer, mañana… y siempre.

A doscientos veintitantos años de su estreno, los afortunados mortales del siglo XXI disponemos de un titipuchal de versiones del Concierto No. para piano y orquesta, pero yo me acabo de encontrar una que me pareció realmente muy chévere. Se trata de un arreglo de Vinzenz Lachner para piano y cuarteto de cuerda, con Angela Hewitt y miembros de la Royal Scottish National Orchestra (a saber, Maya Iwabuchi violín; Lena Zeliszewska, violín; Tom Dunn, viola; Aleksei Kiseliov, violonchelo y Margarida Castro, contrabajo). Todos ellos en el Edinburg International Festival… Ahí lo tiene usted…Comienza con una rolita de Bach (el Preludio y Fuga en La menor BWV894) y ya después está el Concierto de Beethoven. Comienza más o menos al minuto 10:

https://www.youtube.com/watch?v=dT3CnsHul4o&t=541s 

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No, bueno, pues, ¿qué más le puedo yo decir?

Buen Beethoven, compermiso, gracias.

Y abuuuurrrrr.

bauldemanas@hotmail.com 
 

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